Dos nuevos santos para la Iglesia

Ginés García Beltrán, obispo de Guadix-BazaGINÉS GARCÍA BELTRÁN | Obispo de Guadix-Baza

“Es importante que la Iglesia ofrezca modelos para los hombres de hoy, además los santos nos ayudan con su intercesión…”.

Es difícil pasar de largo ante el acontecimiento que la Iglesia vive en estos días: la canonización de dos de los pontífices del siglo XX: Juan XXIII y Juan Pablo II.

Una ojeada al siglo XX, incluido lo que hemos vivido del XXI, nos revela que la Iglesia ha gozado de una lista de papas de gran relieve para la historia. El Señor ha ido dando a su Iglesia hombres de gran categoría humana y espiritual para responder en cada momento a los signos de los tiempos. De León XIII, con la apertura de la Iglesia moderna a la cuestión social, a Francisco, el Papa que vino del fin del mundo y que ha cautivado a creyentes y no creyentes.

Rezamos en el prefacio de la fiesta de los santos: “Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino”. Los santos son una referencia en el camino cristiano; su ejemplo nos anima a vivir en el bien y a ser mejores. ¿Qué modelos presenta el mundo?, podemos preguntarnos. ¿A quién quieren parecerse los niños y jóvenes de hoy? Es importante que la Iglesia ofrezca modelos para los hombres de hoy. Pero además de modelos, los santos nos ayudan con su intercesión, son buenos abogados en el cielo y una invitación a participar de la misma felicidad de la que ahora gozan. Son un modelo de vida, modelos de plenitud humana.

El Papa bueno que, fiado en la acción del Espíritu, cambió el rumbo de la Iglesia actual; y la fuerza y profundidad del primer Papa polaco, uno de los testigos más clarividentes del dramático siglo pasado, que siempre supo que el mal tenía un límite: la misericordia de Dios, y nos recordó que el hombre es el camino de la Iglesia. Se nos proponen hoy como modelos de santidad para todos los hombres de buena voluntad.

En el nº 2.891 de Vida Nueva

 

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