Sudán del Sur se mete en el túnel

La ONU denuncia que los insurgentes mataron 200 personas al retomar Bentiu

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Pese al alto el fuego firmado en enero en Addis Abeba entre el Gobierno y los rebeldes –liderados por el ex vicepresidente Riek Mashar, al que el líder del Ejecutivo, Salva Kir, acusó da promover un golpe de Estado en diciembre–, la paz está en el alambre en Sudán del Sur. Así, según han denunciado representantes de la ONU en el país, entre el 15 y el 16 de abril, cuando los sublevados entraron por la fuerza en Bentiu lo hicieron causando unos 200 muertos y 400 heridos.

Ante el riesgo de que estalle definitivamente una guerra civil por un conflicto que es ante todo étnico, el Consejo de Iglesias de Sudán del Sur, en el que se integra la Iglesia católica, ha publicado un comunicado donde rechaza tajantemente el uso de la violencia. “La situación actual no se resolverá por medios militares; por el contrario, la guerra prolonga y exacerba esta condición indeseable. Las partes en conflicto deben poner los intereses del pueblo por encima de sus ambiciones personales”, lamentan en su mensaje, difundido por la agencia Fides.

Conscientes de que solo vigila por la paz “un alto el fuego muy frágil”, los líderes religiosos sursudaneses piden a la comunidad internacional que “demuestre un fuerte compromiso para que ambas partes lo respeten”. De lo contrario, la crisis humanitaria que ha provocado un elevado número de desplazados no cesará, sino todo lo contrario.

Algo que cuestionaría la independencia del país, alcanzada tras el referéndum que su población aprobó mayoritariamente en 2011: “Este no es el futuro por el que la población votó. Se quiere un estado libre e independiente. El pueblo votó para vivir en paz y en comunión de amor con todos”.
 
En el nº 2.891 de Vida Nueva
 

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