Temor a un Gobierno “totalitario” en Venezuela

Ya se registran 37 muertos y 569 heridos
Tercer mensaje en dos meses de los obispos por la tensión en las calles

M_Venezuela

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Dos meses después de que estallara una oleada de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro, la tensión es máxima en Venezuela, donde se registran ya al menos 37 muertos y 569 heridos, según ha informado la fiscal general, Luisa Ortega. Por ello, el pasado 2 de abril, la Conferencia Episcopal Venezolana hizo público el que ya es su tercer comunicado en esta crisis.

Titulado Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela, supone una enérgica llamada al diálogo nacional –“queremos dirigirnos de nuevo a todos los venezolanos, cualquiera que sea su simpatía política”–, a la vez que una crítica nada velada al Ejecutivo: “Se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza. La represión no es el camino”.

Con la intención de ofrecer un diagnóstico que resulte constructivo y sanador, los obispos apuntan al que consideran origen de este último episodio violento:

“La causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y las autoridades de la República de implantar el llamado Plan de la Patria, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático.

Las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de ‘pacificación’ o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física”.

En cuanto a las protestas en sí, lideradas en su inicio por el opositor Leopoldo López (actualmente encarcelado), si bien se lamenta “el empleo de barricadas y el ataque hacia personas e instituciones, así como la quema de vehículos”, el Episcopado pone énfasis en defender que “los estudiantes y otros manifestantes pacíficos ejercen su legítimo derecho, previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto”.

Así, aunque es un hecho que “las manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han dejado muertos, heridos y destrozos en instituciones y propiedades”, los obispos no tienen tan claro quién o quiénes han instigado esos actos violentos en determinadas situaciones: “Es difícil señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que muchas acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena”.

En relación con esto último, los prelados muestran su “firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados, demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente”.

“En muchos casos –añaden–, han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la actuación de estas ha quedado seriamente cuestionada”.

Frente a esto, los pastores ofrecen un apoyo claro a quienes, pacíficamente, defienden unos postulados distintos a los que se proclaman desde el Gobierno: “Rechazamos la criminalización de la protesta ciudadana y la negación práctica de los derechos humanos en el trato a los manifestantes”.

Y es que, aparte de “la abusiva y desmedida represión contra ellos”, les consta la existencia de casos de “torturas” a “muchas de las personas detenidas”, así como “la persecución judicial a los alcaldes y diputados contrarios al oficialismo”.
 

Parolin, ¿mediador? 

En medio de la crisis, ha causado sorpresa la invitación que Nicolás Maduro ha hecho al secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin (anterior nuncio en Caracas), para que actúe de mediador entre su Ejecutivo y los grupos opositores que se manifiestan en la calle.

Por ahora, desde Roma se mantiene la cautela (la propuesta aún no es oficial, sino que el presidente la expresó en directo desde la televisión) y no se ha aventurado en qué medida podría hacerse efectiva, aunque parece complicado que el propio Parolin pudiera desplazarse hasta Venezuela para liderar una misión así, de largo alcance.

Sea como fuere, en su comunicado, los obispos consideran “oportuna y de gran valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia”.
 

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En el nº 2.890 de Vida Nueva

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