Camino de gratuidad

Aumentan las inscripciones de hospitaleros voluntarios en el VIII centenario de la peregrinación de san Francisco a Santiago

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LUIS RIVAS. FOTOS: ELENA ABAJO | En su peregrinación a Santiago de Galicia, san Francisco detuvo al hermano Bernardo y le rogó que auxiliase a quienes, como él, pasaban rumbo al oeste hacia la tumba del apóstol o, más sencillamente, se dirigían al finis terrae.

Y el compañero interpelado, “arrodillándose humildemente e inclinando la cabeza, recibió la obediencia del Padre santo y se quedó allí”, según dejaron por escrito los frailes que acompañaban al monje de Asís. De acuerdo con el florilegio I fioretti, los hechos acaecieron hace 800 años exactos en un lugar indeterminado entre la Umbría italiana y Compostela.

Huelga decir que en Semana Santa se registran algunos de los más importantes picos de afluencia al Camino de Santiago, y que este año se incrementará exponencialmente el número de peregrinos, hasta convertirse en “un evento de alcance internacional, debido al impacto global de la ruta jacobea y la popularidad ecuménica de san Francisco”, pregona la Xunta.

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Así, desde el pasado mes de agosto la Comune di Assisi viene organizando peregrinaciones colectivas entre las hermanadas ciudades-santuario, aderezadas de actividades culturales, conferencias, exposiciones y conciertos.

En su cuarto capítulo, I fioretti presenta a Dios hablándole al santo de Asís en la quietud húmeda de la catedral de Santiago, manifestándole su deseo de jalonar de conventos la ruta jacobea, hospitales entre cuyos muros se atendiera a los caminantes en las necesidades físicas más groseras y se les brindara asimismo un bastón espiritual sobre el que apoyarse.

En conmemoración de la efeméride, durante el presente año la orden entregará un diploma llamado Cotolaya a los peregrinos que se acerquen al primitivo monasterio franciscano, lugar prolijo en historia, acción social, hospitalidad, cultura y espiritualidad.

“En este monasterio aplicamos la filosofía de la fraternidad a través del hogar-refugio para personas en riesgo de exclusión, y a través del hogar de acogida de peregrinos”, detalla a Vida Nueva Paco Castro, guardián del convento.

“Toda persona que venga a los hermanos habrá de ser recibida benignamente. Siguiendo esta norma, el franciscanismo primitivo tuvo las rutas jacobeas como espacio natural de expansión. Hoy se ha reducido esa presencia, pero seguimos apostando por el Camino como lugar de encuentro con la humanidad en camino”, agrega.

[Versión íntegra solo suscriptores Camino de gratuidad]

En el nº2.890 de Vida Nueva

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