Obama: “El papa Francisco implora que nos acordemos de los pobres”

Barack Obama, recibido por Francisco, fortalece los puentes con la Iglesia católica

Obama con el papa Francisco

Obama: “El papa Francisco implora que nos acordemos de los pobres” [extracto]

ANTONIO PELAYO (ROMA) | El presidente de los Estados Unidos de América sigue siendo el hombre más poderoso de la Tierra, con sus imponentes arsenales militares y masivos recursos económicos. Al papa de Roma difícilmente puede negársele que sea la personalidad más influyente del planeta, porque es seguido por los 1.200 millones de fieles de su Iglesia y por otros muchos que, sin ser católicos ni creyentes, siguen sus orientaciones.

Por eso, el encuentro del 27 de marzo entre Barack Obama y Jorge Mario Bergoglio suscitó desde su anuncio un interés global. El inquilino de la Casa Blanca llegaba al Vaticano en plena crisis de su popularidad nacional e internacional, mientras el prestigio del Pontífice argentino crece como la espuma. El encuentro entre ambas personalidades no defraudó las expectativas de los observadores.

La víspera de la histórica entrevista, el Corriere della Sera publicaba una extensa entrevista con Obama en la que este afirmaba: “El Papa nos desafía. Nos implora que nos acordemos de la gente, sobre todo de los pobres, cuya vida está condicionada por las decisiones que nosotros tomamos. Nos invita a reflexionar sobre la dignidad que es innata a todos los hombres”.

Barack Obama con el papa Francisco

Luego añadía: “El Santo Padre ha inspirado a gentes de todo el mundo, y también a mí, con su compromiso en favor de la justicia social y su mensaje de amor y compasión, especialmente con las personas que, entre todos nosotros, son más pobres y vulnerables. No se limita a proclamar el Evangelio: él lo vive. Todos hemos quedado impresionados por su humildad y sus actos de misericordia. Su testimonio, el simple hecho de ir a buscar siempre el contacto con los últimos, con aquellos que viven en las condiciones más difíciles, tiene también el valor de una llamada: nos recuerda que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad individual de vivir de un modo recto, virtuoso. Sabemos que, dada su gran autoridad moral, cuando el Papa habla, sus palabras tienen un peso enorme”.

Un generoso reconocimiento que el mandatario estadounidense concluía así: “Una de las cualidades que más admiro en el Santo Padre es su capacidad de hablar sin pelos en la lengua de los desafíos económicos y sociales que tenemos que afrontar en nuestro tiempo. Esto no significa que estemos de acuerdo en todo, pero estoy convencido de que la suya es una voz que el mundo debe escuchar”.

Con estas credenciales, Obama se presentó en el Vaticano, a las diez y media de la mañana del jueves 27, con su impresionante cortejo de coches blindados. Fue recibido en el patio de San Dámaso por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, en compañía del cual subió a la segunda loggia del Palacio Apostólico. En la llamada Sala del Tronetto, salió a saludarle el papa Francisco. “Es maravilloso encontrarle; gracias, gracias por recibirme, es maravilloso”, dijo Obama entre el fragor de las máquinas fotográficas, mientras su anfitrión le invitaba a entrar en la biblioteca privada. Allí, en compañía de dos intérpretes, quedaron a solas durante 52 minutos.

obama-en-mis

Los Obama en misa.

Terminado el coloquio privado, se invitó a pasar al séquito presidencial, encabezado por el secretario de Estado, el católico John Kerry. Después de la habitual sesión fotográfica y del saludo papal a cada uno de los miembros de la comitiva del presidente norteamericano, se procedió al intercambio de regalos. Obama había traído una preciosa caja de maderas históricas –provenían de uno de los santuarios marianos más antiguos de los EE.UU.– que contenían una colección de semillas del propio jardín de la Casa Blanca. El Papa, por su parte, además de dos medallones simbólicos, le hizo entrega de un ejemplar de su exhortación apostólica Evangelii gaudium. “La leeré –dijo el presidente– cuando, en el estudio oval de la Casa Blanca, me sienta profundamente frustrado, y estoy seguro de que me dará fuerza y calma”. “Así lo deseo”, le respondió con una sonrisa el Pontífice.
 

“Rece por mí y mi familia”

Antes de separarse, Obama estrechó largamente la mano del Papa y le invitó a visitar los Estados Unidos y el jardín de la Casa Blanca. “¡Cómo no!”, fue la diplomática respuesta papal. Sin dejar de apretar la mano de su interlocutor, el líder norteamericano le dijo: “Rece por mí y mi familia, mi mujer y mis hijas, que son las que me soportan”.

A continuación, y atravesando las mismas salas del Palacio, incluida la Clementina, Obama y Kerry fueron conducidos a la Secretaría de Estado, donde les esperaban el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el secretario para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti. El coloquio duró otra media hora, al final de la cual la caravana presidencial –26 coches, ocho policías motorizados– abandonó el Vaticano para dirigirse al Palacio del Quirinal y visitar al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano.

El comunicado de la Sala de Prensa vaticana –que se hizo esperar–, después de los párrafos de rutina en los que se definía el coloquio como cordial, decía: “En el contexto de las relaciones bilaterales y de la colaboración entre la Iglesia y el Estado, se han detenido sobre cuestiones de especial importancia para la Iglesia del país, como el ejercicio de los derechos a la libertad religiosa, a la vida y a la objeción de conciencia, así como el tema de la reforma migratoria. Finalmente, se ha expresado el común compromiso en el desarraigo de la trata de seres humanos en el mundo”.

En su conferencia de prensa, el presidente Obama, refiriéndose al aborto y a los métodos anticonceptivos, reconocía que “Su Santidad ha sido muy claro; en algunas cosas estoy de acuerdo, en otras solo parcialmente. Mi compromiso es que todos puedan tener acceso a la sanidad, que haya libertad religiosa, que la ley la tenga en cuenta y que la libertad de conciencia sea respetada”. Pero tuvo interés en subrayar que ambos trabajan en ámbitos diversos: “Su trabajo es algo más elevado. Nosotros nos movemos a ras de tierra, trabajando casi siempre en temas profanos. El actúa con poderes mucho más altos”.

Barack Obama con el papa Benedicto XVI.

Benedicto XVI y Obama en 2009.

L’Osservatore Romano ha resumido la segunda visita de Obama al Vaticano (la primera, a Benedicto XVI, tuvo lugar en julio de 2009, pocos meses después de su elección) con este expresivo título: “Compromiso común”, pero no ha hecho más comentarios.
 

Misa con 500 políticos italianos

Por otro lado, la jornada del 27 de marzo Bergoglio la había comenzado, como de costumbre, celebrando la Eucaristía a las siete de la mañana; pero ese día lo hizo en el llamado altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro y no en la casa de Santa Marta. Y todo porque los asistentes eran nada más y nada menos que 500 parlamentarios italianos, entre los que se encontraban los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, así como algunos ministros del Gobierno de Matteo Renzi y subsecretarios varios.

Llegado el momento de la homilía, el Santo Padre no leyó ningún texto escrito, sino que dio rienda suelta a sus reflexiones. Los que se esperaban, tal vez, una exhortación piadosa, no tardaron en darse cuenta de que no iban por ahí las cosas, sino que Bergoglio no dudó en poner en jaque a lo que aquí llaman “la casta”, la clase política.

“Esta clase dirigente que se había alejado del pueblo y seguía interesada solo en sus cosas, su grupo, su partido, sus luchas internas, que había abandonado a la grey”.

papa-Francisco

“Jesús mira al pueblo –les dijo el Papa– y se conmueve porque los ve como ‘ovejas sin pastor’. Y va hacia los pobres, los enfermos; va a todos, a las viudas, a los leprosos, para curarles. Y les habla con una palabra tal que provoca la admiración del pueblo: ‘Este habla como uno que tiene autoridad’.

Habla de esta clase dirigente que se había alejado del pueblo y seguía interesada solo en sus cosas: en su grupo, en su partido, en sus luchas internas. Y el pueblo ahí (…). Habían abandonado a la grey. Y esta gente, ¿era pecadora? Sí, sí, todos somos pecadores. Todos nosotros aquí somos pecadores: el corazón de esa gente, de ese grupito, se había endurecido tanto, tanto, que les era imposible escuchar la voz del Señor. Pecadores han resbalado y se han convertido en corruptos. Y es tan difícil que un corrupto logre dar marcha atrás… El pecador sí, porque el Señor es misericordioso y nos espera a todos. Pero el corrupto está fijo en sus cosas, y estos eran corruptos (…). Hombres de buenas maneras, pero de malos hábitos. Jesús les llama ‘sepulcros blanqueados’. Este es el dolor del Señor, el dolor de Dios, el lamento de Dios”.

Ese mismo día –¡como si las noticias fuesen pocas!– se hizo público el calendario del viaje del Papa a Tierra Santa, del 24 al 26 de mayo, para celebrar, como él mismo dijo el día del anuncio, el histórico abrazo entre Pablo VI y el patriarca Atenágoras el 5 de enero de 1964.

Constará de tres etapas: la primera en Amman, capital de Jordania, donde, después de visitar a los reyes y el lugar donde fue bautizado Jesús en el Jordán, se encontrará con un grupo de prófugos provenientes de la vecina Siria. El domingo celebrará la Misa en Belén y almorzará con familias palestinas; después de visitar la iglesia de la Natividad, se encontrará con un grupo de niños que viven en campos de refugiados. Esa misma tarde, el Papa llegará a Jerusalén, donde su primera visita será al patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, para firmar una declaración conjunta católico-ortodoxa.

La jornada del lunes comenzará con la visita al Gran Muftí de Jerusalén y a la Explanada de las Mezquitas. Seguirán una serie de ceremonias en los monumentos que recuerdan el Holocausto del pueblo judío y los encuentros con las autoridades de Israel. Por la tarde, en la sala del Cenáculo, presidirá la Eucaristía con los ordinarios católicos de Tierra Santa y, esa misma noche, regresará a Roma.

La visita del presidente estadounidense a la Santa Sede:

Video-news service provided by Vatican Radio and Vatican Television Center

© Radio Vaticana-Centro Televisivo Vaticano
logo_radio_vatican-peq

 

LEA TAMBIÉN:

En el nº 2.889 de Vida Nueva

INFORMACIÓN RELACIONADA:

Compartir