La Junta Directiva de CLAR se reúne en Puerto España

Junta directiva CLAR 2012 en Puerto España

La Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos, en las islas de Trinidad y Tobago

Junta directiva CLAR 2012 en Puerto España 

GABRIEL NARANJO SALAZAR, CM, secretario general de la CLAR | Llena de coincidencias simbólicas y de futuristas proyecciones, la Junta Directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR) 2014 tuvo lugar en Puerto España (Trinidad y Tobago).

Por primera vez en la historia de la Confederación, se llevó a cabo en las Antillas, que por sus lenguas (inglés y el francés) y su dispersión insular estuvo al margen de las relaciones con las otras 22 Conferencias. Fue antecedida por la reunión de los Teólogos y de la Presidencia, y habiendo contado con la totalidad de presidentas y presidentes nacionales, coincidió con el encuentro anual de secretarias y secretarios.

Inspirada en el aniversario del Concilio Vaticano II, ha sido la primera Junta Directiva de la CLAR en el pontifi cado de Francisco, perfecto abrebocas para el Año de la Vida Consagrada, a punto de iniciarse. Su sede fue el Seminario, levantado en el emblemático Monte de San Benedicto, a pocos metros de la Abadía Benedictina, foco espiritual de católicos, de hindúes y de musulmanes.

Más allá de los objetivos estatutarios, esta Junta escuchó la voz de Dios en los escenarios y los sujetos de todo el Continente, afinando el oído a los de estas islas caribeñas. Contó con la significativa presencia del Arzobispo Secretario de la Congregación de Religiosos, monseñor José Rodríguez Carballo, e hizo discernimiento acerca de los llamados del Papa a la Vida Religiosa, con su sueño de una Iglesia pobre y para los pobres y la propuesta misionera de ir a las periferias, superando los moldes autoreferenciales.

De especial alcance fueron y serán, tanto para los visitantes como para los antillanos, el encuentro con la Vida Religiosa local, en jornadas de desierto cuaresmal y de reflexión, iluminadas con el Icono de Betania, “Casa de encuentro, Comunidad de amor y Corazón de humanidad”.

En el nº 2.889 de Vida Nueva

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