Jesús González de Zárate: “Venezuela vive una guerra”

Jesús González de Zárate, Venezuela

El Secretario de la CEV habla de la situación en su país y el papel de la Iglesia

Jesús González de Zárate, Venezuela
González de Zárate: “Venezuela vive una guerra” [extracto]

MIGUEL ESTUPIÑÁN | El secretario de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) estuvo en Bogotá para participar en el último encuentro de secretarios del CELAM. Allí, el también obispo auxiliar de Caracas, Jesús González de Zárate, habló con Vida Nueva Colombia acerca de la situación de su país, de la evangelización en tiempos de violencia, de los espacios de paz que abre la Iglesia en Venezuela y de las posiciones de la CEV para llegar a una solución de la crisis.

PREGUNTA: ¿Qué reflejan las protestas de Venezuela?

protestas de los estudiantes y los opositores en Venezuela

R: Las protestas que hoy vivimos ponen en evidencia los problemas nacionales, que se han ido acrecentando en el tiempo, particularmente, la violencia y la inseguridad. En Venezuela mueren todos los años por causas violentas más personas que el número de víctimas que se cobran muchas guerras en otros países. Venezuela vive una guerra debido a la proliferación de armas, a la falta de políticas públicas para el control de la violencia. Hay violencia por parte de civiles e, incluso, en las cárceles nacionales mueren personas debido a esto.

Luego tenemos los problemas económicos más recientes, que provocan debilidad en la prestación de los servicios públicos: según quedó en evidencia el año pasado a raíz de los problemas de energía pública, con constantes apagones en diversas ciudades. Más recientemente, hemos tenido problemas de desabastecimiento alimentario, porque las políticas del Gobierno han llevado a una baja en la producción nacional y a una dependencia creciente de las importaciones de países extranjeros para poder subsistir. Hoy la dependencia de alimentos es muy grande, y la falta de las divisas necesarias para poder traer a Venezuela esos alimentos produce retraso en la distribución. A pesar de que somos un país con grandes recursos económicos, no es posible satisfacer las necesidades de toda la población.

Procesión de la Divina Pastora en Barquisimeto.

Procesión de la Divina Pastora en Barquisimeto

Trabajando por la comunión

P: La última reunión de secretarios del CELAM habló destacó la necesidad de relanzar la evangelización en América Latina. ¿Cómo promover esa nueva evangelización en un contexto como el de su país?

R: La situación de Venezuela hay que entenderla en un contexto de 15 años. A lo largo de esos 15 años, la Iglesia del país ha vivido las tensiones propias de una realidad cambiante a nivel social y político. Sin embargo, no ha cejado en su empeño de servir a su pueblo. En el año 2000, meses después de la llegada de Hugo Chávez al poder, se inició el Concilio Plenario de Venezuela, concluido en 2006. Este fijó el plan pastoral de la Iglesia en nuestro país para la nueva evangelización. Providencialmente, el que se haya dedicado ese tiempo de oración y reflexión para dejarnos guiar por el Espíritu nos encuentra más preparados ante situaciones de dificultad, encuentra a una Iglesia que en el Concilio creció en comunión, en unidad interna, en encuentro de todos sus miembros frente a un país en el que prima la polarización, la desunión, fundamentalmente por causas políticas. La Iglesia, acogiendo a los que son de uno y otro bando, trabaja por la comunión entre todos los venezolanos, y es consciente de que su papel no solo de refiere a la vida intraeclesial, sino también a contribuir a que la sociedad venezolana viva con los valores del Evangelio.

“Este camino de polarización política que ya lleva muchos años,
hay muchas heridas, malentendidos, incomprensiones y tensiones
que han generado dolor profundo en las personas.
Por eso, desde la visión cristiana, creemos que debe haber una reconciliación nacional”.

P: Recientemente, representantes del Frente Estudiantil para la Paz y la Soberanía en Venezuela le pidieron a la Iglesia de su país servir de mediadora con el fin de llegar a una solución frente a la crisis. ¿Está la Iglesia preparada para crear esos espacios de paz en el país?

R: En una reciente exhortación pastoral decíamos que la Iglesia tiene experiencia de encuentro, porque en el seno de las comunidades conviven como hermanos los que son diferentes en razón de su origen, su condición social o su filiación política. Hemos ofrecido nuestra experiencia a favor de la sociedad, aunque eso, a veces, nos ha traído incomprensiones. Hemos llamado la atención, hemos denunciado aquellas situaciones que en la realidad nacional son una muralla para que realmente pueda darse el encuentro y la necesaria reconciliación. Evidente que en este camino de polarización política que ya lleva muchos años hay muchas heridas, malentendidos, incomprensiones y tensiones que han generado dolor profundo en las personas. Por eso, desde la visión cristiana, creemos que debe haber una reconciliación nacional.

También hemos abogado por unas condiciones que favorezcan el encuentro de las personas, por ejemplo, por medidas de gracia a nivel judicial para los encarcelados por motivos políticos; por la renovación de las autoridades de los poderes públicos para que representen un mayor consenso nacional y no a una parte; y por que la Asamblea Nacional, como parlamento de la República, sea realmente un lugar para la discusiones de las ideas que se requieren para la solución de los problemas.

El obispo de Mérida, Baltazar Porras.

El obispo de Mérida, Baltazar Porras.

Sin condiciones para el diálogo

P: ¿Qué significa que la Iglesia de Mérida haya decidido no participar de la Conferencia de Paz Regional convocada por el gobernador del estado el pasado Miércoles de Ceniza?

R: La Presidencia de la CEV consideró que el primer llamado del presidente Nicolás Maduro a participar de las mesas de diálogo debía ser acogido, porque nosotros hablamos del diálogo. En esos primeros encuentros se hizo evidente la necesidad de condiciones para el diálogo, de una agenda, de unos temas concretos, de que fuera un diálogo igualitario. Las mesas pasaron a las regiones, ya que no solo se hacen a nivel nacional. Yo participé como secretario en las mesas nacionales. Cuando pasaron a las regiones, surgieron dudas acerca de la eficacia de las conferencias de paz de cara a una solución.

Es lo que monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, ha puesto en evidencia. No se ha cerrado al diálogo por parte de la Iglesia, no ha dicho que no es posible. Simplemente, que no están puestas las condiciones para que él pueda asistir: saber quién participa y su representatividad como cuadro de sector, que haya una agenda concreta sobre la cual tratar, para que la reunión no se convierta en algo propagandístico, donde se quiere la paz, pero luego no se llega a acuerdos concretos que la hagan presente. Monseñor Porras expresó lo que muchos sectores del país están diciendo: que son necesarias unas condiciones para el diálogo.

No se puede ir al diálogo creyendo que
las propias posiciones envuelven el conjunto de la realidad

P: ¿Qué otras condiciones se necesitan, según la CEV?

apertura de la Asamblea Plenaria Conferencia Episcopal Venezuela enero 2013

Apertura de la Plenaria de la CEV, en el centro, Diego Padrón.

R: El reconocimiento del otro. Cuando en el lenguaje se descalifica al oponente, evidentemente ya no se le reconoce como a alguien que puede aportar, que tiene algo que decir, simplemente se le convierte en un enemigo y el encuentro se destina a atacarse; eso no tiene sentido.

El diálogo debe estar orientado a llegar a unos acuerdos. Los puntos deben señalarse en una agenda previamente acordada. También es necesaria una disposición para llegar a estos acuerdos mínimos. Otro aspecto importante es la verdad en las intenciones y en las palabras, fundamental para el diálogo, porque no se puede ir al diálogo creyendo que las propias posiciones envuelven el conjunto de la realidad. Por ejemplo, los sectores económicos que participaron a nivel nacional hablaron de una verdad económica, de una información cierta para que las cosas no se queden en discursos ideológicos.

También estamos hablando del respeto y de un diálogo transparente. Algunos sectores han pedido que sea televisado, o que el público tenga conocimiento del mismo, para que no se piense que es un acuerdo elitista, una componenda para claudicar de las posiciones.
 
En número 2.889 Vida Nueva

Intervención de Jesús González de Zárate ante el presidente Maduro en el marco de XCVII Asamblea Plenaria Ordinaria de la CEV:


 

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