El Papa destaca la importancia de la misericordia por encima de los prejuicios

papa Francisco reza durante una jornada con víctimas de la mafia 21 marzo 2014

Mensaje a la mafia italiana: “¡Conviértanse! ¡Dejen de hacer el mal!”

papa Francisco reza durante una jornada con víctimas de la mafia 21 marzo 2014

El Papa acompañó a víctimas de la mafia el viernes

ÁLVARO ESPINOSA MALAGÓN | Ayer 23 de marzo, en el tercer domingo de Cuaresma, el papa Francisco destacó que “la misericordia es más grande que el prejuicio”, recordando el pasaje del Evangelio en el que Jesús se encuentra con la samaritana y le pide de beber, algo que rompe las costumbres de la época. En las palabras durante el rezo del Angelus, el Pontífice explicó que Jesús no tenía sed, en realidad, sino que quiso saciar la sed de la propia samaritana.

“Jesús, fatigado por el viaje, pide de beber a la samaritana. De este modo supera las barreras de hostilidad que existían entre judíos y samaritanos y rompe los esquemas del prejuicio frente a las mujeres”, comentó el Papa refiriéndose a la lectura del Evangelio del día (Juan 4, 5-42).

Francisco señaló que, mediante este diálogo, Jesús “entra en el mundo interior de una persona a la cual, según los esquemas sociales, no tendría que haberle dirigido la palabra. Jesús la pone frente a su realidad, no juzgándola, sino haciéndola sentir reconocida, y suscitando así en ella el deseo de ir más allá de la rutina cotidiana”.

El Obispo de Roma recalcó que Jesús no pretende satisfacer su sed, sino satisfacer a un alma marchitada, como es la de la samaritana: “Jesús, para abrir el corazón de la mujer, le pide tomar agua para paliar la sed que había en ella misma”.

“El evangelio dice que los discípulos quedaron maravillados de que su maestro hablara con esa mujer. Pero el Señor es más grande que los prejuicios, por eso no tiene temor de detenerse con la samaritana: la misericordia es más grande que el prejuicio”, explicó el Papa.

Viernes y sábado, ’24 horas para el Señor’

Después del multitudinario rezo con los miles de peregrinos que se encontraban en la Plaza de San Pedro, el Papa quiso recordar que el próximo viernes y sábado, 28 y 29 de marzo, se celebrará un momento penitencial especial llamado ’24 horas para el Señor’, “una fiesta del perdón”, lo definió, que se iniciará en la Basílica de San Pedro el viernes por la tarde y al que se unirán muchas diócesis y parroquias del mundo.

Tampoco quiso olvidarse de que hoy lunes 24 de marzo se celebra la Jornada Mundial de la Tuberculosis, por lo que pidió una oración por todos los afectados.

Todo ello, después de que el viernes 21, en una jornada intensa, rezase con los familiares de 700 víctimas inocentes asesinadas por la mafia italiana, lanzando un llamamiento a estos últimos: “Por favor, cambien de vida. ¡Conviértanse! ¡Dejen de hacer el mal! Esta vida no les dará alegría ni felicidad”.

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