Ars Málaga, más que un museo diocesano

pieza de escultura exhibida en Ars Málaga

El Obispado de Málaga abre un “centro de arte” con una colección permanente de arte africano

pieza de escultura exhibida en Ars Málaga

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | “Es una muestra original, tremendamente desconocida, de gran calidad, que va a sorprender, y mucho, en este espacio. Espero que el arte africano, en diálogo con el contemporáneo, nos ayude a tener una nueva mirada a las culturas de este continente. Gracias a los elementos escultóricos en torno al culto y a la divinidad, por ejemplo, podremos ver cómo vivían su fe, cómo se relacionaban con Dios. Esto va a conformar una visión muy completa de lo que es el África subsahariana o África negra”.

Así presenta el padre Miguel Ángel Gamero el nuevo espacio de arte del Obispado de Málaga, bautizado como Ars Málaga, que tiene como sede el palacio episcopal.

Para su apertura, muestra una colección permanente de arte africano desde antes de Cristo a nuestros días. “Para el Obispado es una apuesta clara por buscar el diálogo entre la fe y la cultura en unos momentos difíciles pero esperanzadores, –afirma Gamero–. Y por ese atrio de los gentiles del que tanto nos había hablado Benedicto XVI, de un espacio de arte y cultura, pero también de diálogo”.

Un diálogo que, inevitablemente, se extiende a África, dado que el Obispado de Málaga lo es también de Melilla: “Sobre todo, lo que se hemos querido representar en esta exposición permanente es que África es más que conflictos armados, pobreza o enfermedades. Pese a que la herida está abierta en el Estrecho, África posee un alma riquísima que queríamos descubrir”.

Más de 300 piezas

Con esta colección permanente, donada por la familia Jiménez Arellano-Alonso y que supera las 300 piezas, “queríamos representar un África que es rica en arte, en cultura, en muchos aspectos que no suelen llegar a los medios de comunicación, que se quedan con ese otro África más dramático”, explica el padre Miguel Ángel Gamero, también párroco de la iglesia de San Juan de Dios.

“Hay una palabra, bella y elevada, que define esta colección y este arte, que es alma –explica Ana Alonso, presidenta de la Fundación Jiménez Arellano-Alonso, con sede en el Palacio de Santa Cruz, en Valladolid–. Cuando nos adentramos en formar esta colección africana es porque percibimos que tenía alma, un alma propia y especial. Nos fuimos apasionando y sintiendo su magia y atracción. Continuamos completándola. Afortunadamente, hemos encontrado un espacio con alma para exponerlo gracias a Jesús Catalá, obispo de Málaga, que se ha volcado en este proyecto”.

Jesús Catalá, obispo de Málaga, en un acto en Ars Málaga

El obispo Jesús Catalá en un acto de Ars Málaga

La colección expuesta en Ars Málaga, según Gamero, “se centra en el arte africano antiguo. Compuesta por materiales muy diversos, entre los que destacan las terracotas, los bronces, los tejidos y, sobre todo, las monedas. Unas monedas que nada tienen que ver con nuestro concepto actual de moneda pequeña, que se lleva oculta. Todo lo contrario, se trata de piezas de gran tamaño que se crearon para exhibirse en las puertas de la casas como símbolos de riqueza. Es, además, la colección de monedas africanas expuesta al público más importante a nivel internacional”.

Estas paleomonedas se exhiben en la sala 3 –La metalurgia sagrada, fragua de civilización– dedicada a la figura mítica del herrero. “A partir de los ritmos en el yunque nacen los ritmos africanos, que es también una forma de hablar a su Dios. De ahí que esa sala se haya diseñado como un pentagrama en el que las notas son estas mismas monedas o esculturas en hierro forjadas a mano”, explica Gamero. A la danza y música africana se le dedica además la sala 5 (Arte en movimiento).

La trascendencia, la espiritualidad y la religiosidad de las culturas africanas están muy presentes en esta colección Jiménez Arellano-Alonso, expuesta en torno al patio del palacio episcopal. “Sin ser una exposición de arte religioso, también nos lleva a Dios”, según Ana Alonso. Desde el Origen (sala 1), con las máscaras y las piezas arqueológicas de terracota de culturas ya desaparecidas –Nok, Djenne, Bura y Ban Koni–, hasta los altares y fetiches del Ídolo a la divinidad (sala 2).

En esta segunda sala, recoge además la interacción entre la religiosidad africana con el Evangelio, en homenaje a los misioneros: “Aún no está completada del todo, pero queríamos mostrar cómo el cristianismo está presente en África y también imprime carácter en su arte”.

La sala 4 –también dedicada a La metalurgia sagrada, fragua de civilización– se detiene en los bronces con una magnífica muestra de vaciados, obras únicas obtenidas mediante una técnica, la cera perdida, en la que los africanos son grandes maestros. Frente a ellos, una escultura de forja del británico Anthony Caro pone en relación el arte africano con Europa.

“Las culturas africanas –dice Gamero– llamaron la atención de los artistas de principios del siglo XX. Movimientos que conocemos como las vanguardias. Los primeros colonizadores de este continente, ingleses, franceses, alemanes y belgas, empezaron a traer a Europa objetos que llamaban exóticos. Artistas como Picasso y muchos otros empezaron a coleccionar este tipo de piezas, cuyas formas y estilos tuvieron gran influencia en sus obras posteriores. Por ello, completamos el discurso africano con arte contemporáneo de artistas españoles, en su mayoría abstractos”, como Oleaga, Luciano Díaz-Castilla, Magda Bolumar, Xavier Franquesa Llopart, Carlos Cuenllas o Joseba Eskubi.pieza de escultura exhibida en Ars Málaga

Edificio excepcional

El Palacio Episcopal tiene su origen en el edificio construido a partir de 1762 por el arquitecto barroco Antonio Ramos por encargo del obispo Lasso de Castilla. Prácticamente destruido en 1931, se erigió de nuevo en 1945. “Es un edificio excepcional y un monumento emblemático que fue Museo Diocesano, luego se rehabilitó por la Junta de Andalucía y ha estado durante muchos años acogiendo exposiciones emblemáticas. De alguna manera había que articular, ordenar y organizar este palacio episcopal”.

El ofrecimiento de la Fundación Jiménez Arellano-Alonso hizo ver al propio obispado que lo podía gestionar como centro de arte: “Queremos que sea un referente para el malagueño y todos los que nos visitan. Y para el creyente, que sea un medio de descubrimiento de Dios a partir del arte”.

Por ello, Ars Málaga también exhibirá, como anuncia Gamero, “el arte sacro más clásico, desde los comienzos de la evangelización hasta nuestros días”. Básicamente, con exposiciones temporales, aunque “también tendrá un espacio permanente que recoja ese arte sacro de Málaga, muy destruido, pero que sobrevivió a todo, y que debemos poner en valor”, según el director del nuevo espacio de arte.

“Además, vamos a hacer una apuesta clara por el arte sacro contemporáneo –añade–. La Iglesia siempre ha sido renovadora de las bellas artes. Y ahora, el arte contemporáneo muchas veces no han encajado con el lenguaje devocional de mucha gente. También vamos a apostar por el arte moderno en clave de arte sacro”.

De momento, Gamero prefiere no adelantar nombres ni contenidos. “Estas son las dos vías por las que vamos a ir trabajando. Ya nos están llegando propuestas de otros colectivos y entidades, pero aún no sabemos cuál va a hacer la primera exposición de arte sacro. Pero sí se esperan grandes colecciones”.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.887 de Vida Nueva

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