EDITORIAL VIDA NUEVA | La Religión pierde terreno como elección de los alumnos, un declinar progresivo y acaso más asociado a los preceptos de la moralidad que a los saberes históricos, artísticos y propios del humanismo con que enriquece el corpus formativo
El Episcopado achaca esta regresión a “trabas administrativas”, que han llegado a dejar sin transporte a los niños de Religión. La LOMCE, predice, frenará la deserción en Primaria, pero será más perniciosa en Bachillerato, reforzando así la tendencia de que, cuanto más mayores, menos son quienes la eligen.
Ante una edad de rebeldía frente al dogma seguirán sin potenciarse los conocimientos de una asignatura riquísima, pero rebajada a la puerilidad: las materias alternativas a Religión han llegado a ser recreo o repaso.
En el nº 2.886 de Vida Nueva. Del 15 al 21 de marzo de 2014
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