Los obispos de Perú critican la contaminación de la selva peruana como “fuente de sufrimiento”

poblaciones habitantes de la Amazonía viven en la contaminación

Su informe descubre numerosos vertidos químicos en la Amazonía

poblaciones habitantes de la Amazonía viven en la contaminación

Numerosas poblaciones amazónicas viven entre aguas insalubres

LUIS RIVAS | En su deforestación y explotación de la selva peruana, a los agentes contaminantes del “dios dinero” –“el capitalismo, el consumismo y la cultura del descarte”– les ha salido al paso la Iglesia de la Amazonía. Elaborado e impulsado por la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Iquitos, el Informe del Monitoreo Ambiental del Río Marañón y la Reserva Pacaya Samiria recuerda las denuncias de los “constantes derrames de petróleo” en cuencas fluviales “que se vienen llevando a cabo desde hace muchos años”, así como los “alarmantes resultados en cuanto al nivel de contaminación del agua”, resultando esta, en consecuencia, no apta para el consumo humano.

Durante la presentación del estudio a la población kukama los días 19 y 20 del pasado mes de febrero, las autoridades nacionales, regionales y locales que participaron en la asamblea hubieron de escuchar la enumeración de sustancias detectadas en el sistema de abastecimiento de agua potable (en las poblaciones que cuentan con este servicio), tales como “hierro, aluminio, manganeso, arsénico, cromo, coliformes totales y fecales, mercurio, zinc y plomo”.

Según ha confirmado el vicario apostólico de Iquitos, Miguel Olaortua Laspra, la Iglesia “viene trabajando conjuntamente con las comunidades de las cuencas de estos ríos, ofreciendo acompañamiento y asesoramiento” a las mismas.

En una misiva enviada como apoyo al estudio, el pastor invita “a las distintas autoridades locales, regionales y nacionales a tomar cartas en el asunto y a ejercer la responsabilidad de cada uno en su área respectiva”, insta a “hacer algo en el presente por un desarrollo sostenible que favorezca la salud de las personas”. Además, hace suyas las palabras del papa Francisco: “En este sistema, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta”.

A este respecto, la Evangelii gaudium recuerda que “la política, tan denigrada, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Es importante que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos”.

Solidaridad y responsabilidad

En relación con las propias posibilidades de actuación de la Iglesia local, el vicario apostólico de Iquitos reivindica que “no podemos permanecer impasibles ante el sufrimiento humano”, en la línea de la “ecología para los hombres” sobre la que trabaja el Pontífice para su próximo texto. “No es cuestión de fe, sino de solidaridad humana y de responsabilidad social”, prosigue Olaortua Laspra, quien asegura que “nosotros somos los responsables del cuidado del medio ambiente y, en definitiva, de mantener seguros nuestros recursos naturales”.

Por este motivo, concluye, “atentar contra ellos es atentar contra la humanidad y nuestra propia salud”, y exclama, tras retrotraerse al espíritu de Aparecida: “¡Seamos responsables!”.

En total, los análisis practicados afectan a 17 localidades que se extienden a lo largo de las riberas del Marañón y Samiria, y, si bien no han sido considerados como objeto de estudio para el mencionado informe, los ríos Tigre y Corrientes también se encuentran sometidos a polución por materiales similares. La zona estimada comprende jurisdiccionalmente el Vicariato de Iquitos y está comprendida entre las parroquias Santa Rita de Castilla y San Felipe y Santiago de Nauta.

En relación con otras cuencas, el análisis se completa con los resultados obtenidos por la parroquia San Agustín de Intuto. La presentación de los resultados ante los representantes del Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno peruano corrió a cargo de los activistas e investigadores de la Comisión Vicarial de Derechos Humanos, con el apoyo de los diversos sacerdotes destinados en la Amazonía.

En la asamblea también participaron delegados del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), la Dirección General de Salud Ambienta (DIGESA) y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN), así como el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP).

En el nº 2.886 de Vida Nueva

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