Baja al 65% el porcentaje de alumnos que eligen Religión

dos niñas en clase alumnas en una escuela católica

El Episcopado denuncia “trabas” políticas y administrativas como causa de la regresión

dos niñas en clase alumnas en una escuela católica

LUIS RIVAS | Para el presente curso, el porcentaje de alumnos que optaron por incluir la Religión en su plan de estudios disminuyó un 1,7% con respecto al período 2012-2013. De acuerdo con los datos recabados por la Conferencia Episcopal a partir de cada uno de los colegios e institutos de España, de un total de 5.385.601 alumnos matriculados, 3.501.555 se han decantado por completar su aprendizaje con la asignatura de moral católica.

Pese al descenso registrado, los escolares que estudian actualmente esta materia voluntaria ascienden al 65%, oscilando entre el 97,7% de adhesiones en los centros de iniciativa social con titularidad canónica y el 56,5% en los colegios públicos, pasando por el 69,8% de los centros de iniciativa social con titularidad civil.

“Creo que la valoración debe ser positiva; aunque nos preocupa el descenso, lento pero progresivo, de los alumnos que optan por la clase de Religión”, asegura a Vida Nueva Casimiro López Llorente, presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.

La Conferencia Episcopal ha justificado esta regresión, “entre otros motivos, por las dificultades y trabas de tipo social, legislativo y administrativo que se ponen” a la asignatura. A este respecto, considera que “la enseñanza católica solo se garantiza si esta se equipara al resto de áreas fundamentales y si la normativa que se establezca no crea discriminación”, estimando conveniente recordar “el mandato constitucional (Art. 27,3) y los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, de enero de 1979, que constituyen normas de obligado cumplimiento”.

López Llorente aclara que “en la LOE no se cuenta con una asignatura alternativa seria a la Religión: frente a ella se ofrece recreo o repaso. Con ‘trabas’ nos referimos a las dificultades que los colegios públicos ponen a la asignatura: no se ofrece en los formularios de inscripción a comienzo de curso, no se informa a los padres de su derecho y, a la vez, de la necesidad de que opten por ella, si así lo desean; se intenta hacerles desistir de su petición, diciendo que no hay número suficiente, o se sitúa a primera o última hora del día, privando incluso a los alumnos de Religión del transporte escolar”.

Los colegios e institutos públicos concentran el mayor número de alumnos (2.156.347) y acreditan un equilibrio entre la Religión y sus alternativas. Según se puede comprobar, la asignatura parte con más fuerza en los cursos inferiores y va perdiendo adeptos conforme estos avanzan en la escala formativa, una tendencia que se repite en los centros privados. Así, mientras que el 64,7% y el 67,7% de los niños que asisten a un centro público a Educación Infantil y Primaria, respectivamente, se decantan por la enseñanza religiosa, el índice cae hasta el 40,4% en la E.S.O. y el 26,6% en el Bachillerato.

En el caso de los centros de iniciativa social con titularidad civil, más de la mitad de los estudiantes de Bachillerato (50,9%) se ha matriculado en Religión, mientras que el porcentaje sube al 62% en los cursos de la ESO y hasta el 75,6% en Primaria, siendo del 70,5% en Infantil. Los centros considerados bajo esta denominación cuentan con un total de 270.680 alumnos.

La LOMCE, “peor de facto”

Bastante más numerosos (1.128.682) son los matriculados en centros de iniciativa social con titularidad canónica. Su nivel de adhesión a la asignatura de Religión es del 97,7% en Infantil y del 97,8% tanto en Primaria como en la ESO, atenuándose levemente en el Bachillerato hasta el 96,5%.

Como predicción, el responsable de Enseñanza cree que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, la LOMCE, mejorará la situación de la asignatura en Primaria y Secundaria, durante las que se ofrecerá una alternativa ‘seria’, Valores Cívicos, siendo ambas evaluables.

No obstante lo anterior, su regulación durante el Bachillerato “no garantiza la oferta obligatoria de la asignatura”, de forma que se vulneraría “el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que deseen”. “De facto, el resultado será aún peor que bajo la LOE (Ley Orgánica de Educación)”, concluye.

Durante las jornadas que mantuvieron entre el 6 y 8 de febrero, los vicarios y delegados diocesanos de Enseñanza mostraron su desacuerdo con los horarios dedicados a la Religión en el Bachillerato, “que auguran una disminución de horas de la materia”. “Es muy preocupante, finalmente, que la LOMCE deje a las Autonomías la determinación del horario, lo que se puede convertir en un ‘caballo de Troya’ para esta asignatura”, advierte López Llorente.

En el nº 2.886 de Vida Nueva

 

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