Misioneros, militares y medios de comunicación, unidos por la paz

Ayuda a la Iglesia Necesitada divulga el trabajo conjunto de estos grupos en el centro de la guerra

sacerdote habla con militares africanos en una zona en conflicto

LUIS RIVAS | “Todos somos misioneros de la paz”. Escuchar este adagio de boca de un alto mando del Ejército es menos chocante cada día que pasa desde 1989, tras este cuarto de siglo en el que España ha desplegado 137.000 militares en más de 50 misiones humanitarias y de reconciliación por todo el mundo. El penúltimo en exaltar “la moralidad del oficio de soldado” ha sido el general Rafael Dávila, durante la mesa redonda que Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) organizó el pasado 26 de febrero en Toledo.

La finalidad de este encuentro era divulgar el trabajo conjunto que misioneros, tropas y medios de comunicación llevan a cabo en el epicentro de la conflagración con objeto de arbitrar disputas, enjugar odios y proteger a los más débiles.

De acuerdo con su director, Javier Menéndez Ros, la fundación convocante contribuye de forma especial a la concordia porque ayuda “a dar el alimento espiritual a sacerdotes, religiosos y laicos en zonas de guerra”, habiendo financiado y repartido más de 5.000 evangelios entre militares en el frente. Una labor refrendada por el director de la Academia de Infantería, Fernando Aznar, quien agradeció “el interés de AIN por dar a conocer la labor de pacificación de los soldados españoles”.

La escenificación de los directores no hizo sino evocar la colaboración que soldados y misioneros mantienen en amparo de los perseguidos, miembros, en muchas ocasiones, de esa Iglesia de África tan joven y tan llena de vitalidad, pero tan acostumbrada al martirio.

Así, las tropas escoltan a los voluntarios y a los periodistas en su jornada laboral bajo las bombas, cuando no se aplican directamente al reparto de víveres. “Estaba en Albania con un grupo de personas de varias ONG. Conseguimos repartir miles de kilos de ayuda humanitaria gracias a los militares y a unas monjas que nos acogieron en su convento de Tirana, cuando fuera solo se oían disparos”, expuso en el congreso de AIN Miguel Temprano, a la sazón corresponsal de guerra.

Se infiere que, más allá de su mera labor profesional, los enviados especiales también participan en la infraestructura de asistencia a los pueblos de la guerra. “Muchas veces, donde solo hay muerte y dolor, solo quedan las tres ‘emes’ junto a los necesitados: militares, misioneros y medios”, sentenció.

Misioneros, militares y medios de comunicación, unidos por la paz [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.885 de Vida Nueva

Compartir