Idus de marzo

Carlos Amigo, cardenal arzobispo emérito de SevillaCARLOS AMIGO VALLEJO | Cardenal arzobispo emérito de Sevilla

“Dios pone su mano junto a la del hombre. Estos son los pronósticos para marzo…”

Días de augurios, pero también de temer, pues en aquellas fechas se recordaba el asesinato de Julio César. Había que estar en guardia, pues se podía esperar lo peor. La literatura y las supersticiones sobre los famosos idus son de lo más abundante.

Es sabido y constatado que, cuando la fe auténtica disminuye, viene a caer un inmenso alud de nigromancia, predicciones y augurios que favorece el agosto de visionarios y quiromantes, pero que deja al descubierto la necesidad que tienen los humanos de ir más allá de aquello que puede ser lo limitado de sus sentidos.

Se pueden hacer concienzudos análisis de prospectiva, analizar las tendencias, prever algunos horizontes. Pero, al final, siempre el futuro aparece, no tanto como predicción casi imposible, sino como una tarea a realizar, teniendo en cuenta esas variantes intermedias casi imposibles de controlar.

Y aquí es donde aparece la Providencia, que es el cuidado que Dios tiene de sus hijos e hijas, a los que ha dado libertad, inteligencia y los recursos necesarios para construir el futuro y saber conducirse en un mundo un tanto desarbolado a causa de la mala voluntad del hombre, es decir, del pecado.

Es obligada conclusión el decir que no se le han de pedir a Dios los “milagros” que le corresponde hacer al hombre, aplicando bien su conocimiento y razón para lograr que, cada día, el mundo sea más confortable para todos. Aquí puede caber una tentación. Es la de pensar que, con buena ciencia y mejor técnica, no solo se puede encauzar cualquier entuerto, sino conseguir la felicidad completa del individuo y de la sociedad.

Laudable e importante es el intento, pero le falta dimensión. Le ha engañado la horizontalidad y el pensar que no necesitamos de trascendencia alguna y, en tal manera, se presume de autosuficiencia, que todo lo que suene a trascendencia, a Dios y al más allá se considera, cuando menos, superfluo y a excluir en cualquier programa que se precie.

Los resultados pueden ser espectaculares, pueden llevar más comodidad a las personas, pero ni les hace felices ni les resuelve sus problemas fundamentales respecto al origen y el destino final. Si se quiere construir el mundo marginando a Dios, pronto se habrá organizado en contra del hombre. Este es un sabio consejo del papa Pablo VI.

Más que recordar los idus de marzo, pensemos en los días de la Pascua, de la verdadera salvación en Cristo Jesús, de la liberación del hombre de aquello que le mete en todas las desgracias: el pecado y todas sus consecuencias.

Si en tus días se siembra la justicia, pronto florecerá la paz. La Providencia te ayudará a preparar bien el campo y te facilitará los instrumentos y fuerzas que necesitas para que el fruto sea abundante. Dios pone su mano junto a la del hombre. Estos son los pronósticos para marzo y para todos los meses de todos los años.

En el nº 2.884 de Vida Nueva.

Compartir