OMP: “Estamos llamados a dar un rostro asiático a Cristo”

Kike Figaredo obispo de Battambang en Madrid en las jornadas Formación OMP feberero 2014

Doscientos empleados y voluntarios analizan en Madrid su papel evangelizador en el mundo

Kike Figaredo obispo de Battambang en Madrid en las jornadas Formación OMP feberero 2014

Kike Figaredo, con participantes de las jornadas

FERNANDO REDONDO | “¿Cuántos amigos posees entre los pobres?, ¿cómo te comportas con ellos?, ¿qué compartes con ellos?”. Es la interpelación con la que Kike Figaredo, prefecto apostólico de Battambang (Camboya), se dirigió a los participantes en las XI Jornadas de Formación para empleados y voluntarios de Obras Misionales Pontificias (OMP), que, reunidos en Madrid, han reflexionado sobre la permanente actualidad de la misión.

Preguntas que intentaron motivar el sentido pleno de participar en acciones misioneras, ante las que no pueden distanciarse “fe y caridad”, como expresó Figaredo. Esto provoca que, cuando alguien quiere participar en la misión de Camboya, sea una cuestión primordial saber qué hace uno con los pobres en su ciudad, en su barrio.

“Tenemos que ser amigos de los pobres”, enfatizó Kike Figaredo, al que se le conoce como el “obispo de las sillas de ruedas”, quien también hizo hincapié en recordar que “los medios de comunicación nunca me preguntan por cuánta gente bautizo”. No obstante, dio a conocer su trabajo con discapacitados, destacando que “fe y caridad con discapacitados van unidas, no por estrategia de la Iglesia, sino porque así es el Evangelio, somos fermento”.

Señalando su cruz pectoral, que es un Cristo mutilado, expresó que “el sufrimiento asumido por Cristo, el Cristo que acoje y el Cristo incompleto, es el verdadero Cristo misionero”.

Figaredo también quiso reconocer el apoyo anímico, espiritual y económico de los amigos de la misión en la retaguardia, porque “lo que hacemos en las misiones es gracias a todos vosotros”.

Por su parte, el arzobispo de Toledo y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y de Cooperación con las Iglesias, Braulio Rodríguez Plaza, afirmó que “la perfección de nuestros ojos europeos necesita descentrarse”, al referirse a Asia y Oceanía, que centraban el trabajo y la reflexión en estas Jornadas de las OMP.

Recordó también que Juan Pablo II declaró que el tercer milenio sería el milenio de Asia, por lo que “la Iglesia en Asia está llamada a dar un rostro asiático a Cristo”. También, señalaba Rodríguez Plaza, “al aceptar la plenitud de la redención en Cristo, los pueblos de Oceanía han hallado un formidable símbolo, donde la Cruz del Sur sigue siendo luminosa señal de de la gracia y de las bendiciones de Dios”.

El evento lo enriquecieron misioneros y misioneras con su testimonio, como Esteban Aranaz, quien pidió “al Señor que me diera una señal para ir a China, porque había visto en la Iglesia perseguida en China una fe y una piedad en estado puro”. Afirmó también que “la amistad siempre es el mejor camino de encuentro con el corazón de la gente, que, aunque no lo sepan, está hecho para conocer y amar a Dios”.

Por último, la misionera filipina Gelyn Javate ofreció su experiencia en Australia, donde “los jóvenes están necesitados de conocer a Jesús”. En esa línea señaló que “los misioneros llevamos el Evangelio a los jóvenes”, y finalizó haciendo una petición: “Australia quiere conocer a Jesús”.

En el nº 2.884 de Vida Nueva

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