Los islamistas de Boko Haram asesinan a 59 escolares en Nigeria

J. L. CELADA | El 25 de febrero, presuntos miembros del grupo radical islámico Boko Haram asesinaron a decenas de estudiantes en el internado de una escuela de educación secundaria de la población nigeriana de Buni Yadi (Yobe), al noreste del país. Según fuentes del hospital de Damuturu, capital estatal, la cifra de víctimas mortales ascendió a 59 jóvenes, tiroteados, degollados y, en algunos casos, quemados vivos por los asaltantes, que prendieron fuego a la residencia una vez consumada la matanza.

El presidente Goodluck Jonathan describió el ataque en Yobe (uno de los tres estados bajo emergencia oficial por los ataques de Boko Haram) como un “crimen sin sentido, perpetrado por terroristas y fanáticos dementes que claramente han perdido la percepción de moral y descendieron a la bestialidad”.

No es la primera vez que este grupo extremista, empeñado en imponer la sharia o ley islámica en Nigeria (de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur), descarga toda su violencia contra un centro educativo. Un ataque similar en la cercana aldea de Mamudo provocó en julio de 2013 la muerte de 22 escolares.

Desde 2009, cuando la policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que –según cifras del Ejército– ha causado más de 3.000 muertos, muchos de ellos cristianos.

Este último ataque sitúa en más de 300 el número de civiles muertos en lo que va de mes atribuidos al fundamentalismo islámico de Boko Haram. Nigeria, el país más poblado de África (170 millones de habitantes repartidos en más de 200 grupos tribales), sufre fuertes tensiones por sus diferencias políticas, socioeconómicas, religiosas y territoriales, aunque Boko Haram es hoy la mayor amenaza para el principal productor de petróleo del continente.

En el nº 2.884 de Vida Nueva

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