F. OTERO | Continúa la respuesta de la Iglesia en España ante la tragedia que se cobró 15 vidas el pasado 6 de febrero en la frontera que separa Ceuta de Marruecos. Mientras los poderes políticos mantienen una lucha claramente partidista, distintas instituciones eclesiales a lo largo de toda la geografía de nuestro país siguen alzando la voz en defensa de los más débiles.
Así, a la reacción inicial del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta se han sumado otras, como la Diócesis de Jaén, a través del secretariado ad hoc. “Esta tragedia es una consecuencia más de la política migratoria europea y española. No podemos permitir que sucesos como este y como el de Lampedusa del pasado mes de octubre, donde más de 300 personas perdieron la vida en un naufragio, se vuelvan a repetir”, apunta en una nota.
También las Cáritas de Cádiz y Jerez han clamado contra la situación, al igual que ha hecho el Arzobispado de Burgos a través de la Delegación de Migraciones: “Desde la Iglesia católica de Burgos, desde la mesa de pastoral con inmigrantes, nos unimos a cuantos en estos días sienten dolor y vergüenza; rezamos por los que han muerto y por sus familiares y amigos; nos comprometemos a seguir trabajando por un mundo más justo, allí y aquí, en África y Europa”.
Por su parte, la Comisión General de Justicia y Paz también ha alzado la voz, esta vez para preguntar: ¿hasta cuándo? “Son ya desgraciadamente demasiado frecuentes los sucesos de personas que mueren tratando de llegar a Europa. Estos hechos vuelven a poner en cuestión el compromiso afirmado en repetidas ocasiones por la Unión Europea de que sus políticas de asilo, gestión de flujos y control de fronteras sean respetuosas con los derechos humanos”, ha reclamado la entidad.
En el nº 2.883 de Vida Nueva
