Los obispos de Brasil renuevan su compromiso con la misión

jóvenes participantes en la JMJ de Río 2013

Hasta 97 prelados se citan en Río de Janeiro para reflexionar sobre las Iglesias locales

jóvenes participantes en la JMJ de Río 2013

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Como cada año desde hace 23, los obispos de Brasil se han reunido en unas jornadas de formación con el fin de vislumbrar el hoy de las Iglesias locales y la misión. La presente cita, que tuvo lugar en Río de Janeiro del 3 al 7 febrero, congregó a hasta 97 prelados de todo el país y contó con la visita de purpurados llegados de Roma, como Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

En su ponencia, el cardenal italiano apuntó que “la naturaleza eclesial esencialmente misionera” hace referencia tanto a la dimensión universal de la Iglesia como a la “local y particular”. Así, ligó esta cuestión con la invitación del papa Francisco a “salir al encuentro de las periferias”: “La expresión salir de las propias fronteras alude a un movimiento que no es equivalente a dejar un espacio físico para abolir otro… También implica una especie de dislocación cultural, que puede ocurrir incluso dentro de la misma área o en espacios virtuales”.

De ahí que, según Filoni, hoy sea necesaria una imagen de Iglesia “descentralizada y dinámica”, basada en “el anuncio kerigmático” que “crea la Iglesia-comunión” y “desafía al ser humano en el concreto, tanto de su propia experiencia personal como de la pertenencia a un contexto cultural específico”.

Otro de los que ofreció su testimonio fue el cardenal brasileño João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien dedicó su charla a la vocación en el consagrado. “El seguimiento de Cristo no es simplemente seguir reglas y normas éticas –explicó–, sino también tratar de estar cerca de Aquel que nos llamó y nos eligió, porque seguimos enamorados”.

En definitiva, “es necesario comprender que Dios es un enamorado de nosotros. Es Él quien nos elige y nos llama”. De ahí que la única respuesta posible haya de ser la de corresponder a ese amor con la entrega en la vocación.

Respecto a la Vida Religiosa, el obispo de Garanhuns, Fernando Guimarães, comentó las “luces y sombras” que percibe en ella en la actualidad. Respecto a estas últimas, el también religioso redentorista reconoció la preocupación por la pérdida de vocaciones, achacando su causa a diversos motivos, tales como “la ausencia de vida espiritual, de oración personal y comunitaria o de vida sacramental”, así como “la pérdida de sentido de pertenencia a la comunidad, al instituto y, en algunos casos, a la Iglesia misma”.

Otras razones serían “los problemas más comunes, como los malentendidos, las tensiones en las relaciones o cuestiones emocionales”.

Pese a todo, Guimarães se mostró convencido de que “la Vida Religiosa tiene mucha vida”. Primero, porque su “contribución ha sido enorme a lo largo de la historia de la Iglesia”, que “se empobrecería si llegase a faltar un día esta acción carismática”. Y, segundo, porque tiene la perspectiva del Concilio Vaticano II y, más en concreto, de su documento Perfectae Caritatis, que “enumera los elementos clave para una auténtica reforma de la Vida Religiosa”. Medio siglo después, concluyó, su visión es “totalmente válida y actual, como si hubiera sido escrito hoy. Es la esencia de la renovación. Hay que volver a las fuentes de agua pura para beber de ellas y superar las dificultades”.

Cercanía con su pueblo

Precisamente, sobre el Concilio y su relación con la dimensión episcopal versó la conferencia del arzobispo Filippo Santoro, hoy titular de Taranto (Italia), aunque tras 27 años de servicio en Brasil. Según su visión, el Vaticano II fue “una especie de revolución” al incidir en la identidad de los prelados como “primeros sucesores de los apóstoles”. De ahí que, en esa condición de referentes de la comunidad cristiana, “lo más importante es que los obispos mantengan la proximidad con el pueblo”.

El día 7, cerró el encuentro el arzobispo de Río de Janeiro, Orani João Tempesta. El prelado anfitrión, que será consagrado como cardenal este día 22 en Roma, concluyó anunciando que el tema de las próximas jornadas, ya en 2015, orbitará en torno al 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II y a su vigencia como gran referente actual para la vida de la Iglesia.

En el nº 2.883 de Vida Nueva

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