Sudán del Sur retoma el lento camino de vuelta a la paz

el representante de Sudán del Sur en la cumbre de la Unión Africana, celebrada en Addis Abeba

Los líderes eclesiales median en el acuerdo entre Gobierno y guerrilleros

el representante de Sudán del Sur en la cumbre de la Unión Africana, celebrada en Addis Abeba

Cumbre de la Unión Africana, celebrada en Addis Abeba

J. L. CELADA | El 30 de enero, gracias a los esfuerzos mediadores de los líderes eclesiales agrupados en la CLMI (Church Leaders Mediation Initiative) del Estado de Jonglei, el Gobierno de Sudán del Sur y la facción Cobra del Movimiento Democrático de Sudán del Sur/Ejército de Defensa (SSDM/A, por sus siglas en inglés) alcanzaron un acuerdo para el cese de las hostilidades, en lo que supone “un paso importante” para restablecer la paz en las comunidades afectadas por el conflicto del joven país africano, según señala el presidente de la CLMI, Paride Taban, en una breve declaración dada a conocer por la agencia Fides.

El también obispo emérito de la diócesis sursudanesa de Torit aprovecha el mensaje para dirigir un llamamiento a los responsables políticos de su país, invitándoles a que “sean transparentes y respondan de sus acciones”, evitando “la manipulación del factor étnico y el recurso al nepotismo”, además de trabajar por “la erradicación de la pobreza y el advenimiento de la cultura de la paz”.

El acuerdo suscrito en Addis Abeba compromete al Ejecutivo de Juba y al movimiento guerrillero (nacido en 2013 de una escisión del SSDM/A y encabezado por Yau Yau) a poner fin a sus enfrentamientos, a no cometer actos de agresión y a evitar cualquier acción que ponga en peligro las conversaciones que se vienen celebrando en la capital etíope para llegar a la paz definitiva.

El Gobierno ha accedido a liberar a los milicianos prisioneros, mientras que la dirección del grupo rebelde se ha comprometido a permanecer neutral en el conflicto que enfrenta al presidente Salva Kiir y al exvicepresidente Riek Machar, que estalló el pasado 15 de diciembre.

Este reciente acuerdo se suma al que ya firmaron el 23 de enero, en el mismo escenario, las autoridades sursudanesas y los seguidores de Machar. Gracias a la presión internacional, las dos facciones rivales del SPLM (Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán) alcanzaron allí un alto el fuego en un conflicto que ha adquirido connotaciones tribales, pues enfrenta a los nuer (grupo étnico de Machar) y a los dinka de Kiir.

Mientras, según la citada fuente, la situación humanitaria en el país sigue siendo sombría. En Juba escasea el combustible, y desde las zonas afectadas por los combates llegan noticias de asesinatos en masa y violencia sexual contra civiles.

En el nº 2.881 de Vida Nueva

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