Francisco prima ante Hollande la mediación por Siria

niño trasladado en camilla después de ser herido en Siria

Pese a la tensión en Francia por los últimos proyectos legislativos del presidente

papa Francisco y François Hollande, presidente de Francia, en el Vaticano 24 enero 2014

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Algunos comentaristas de la actualidad vaticana se han sacado de la manga la peregrina teoría de que este Papa prestaría menor atención a la agenda internacional que sus predecesores Juan Pablo II o Pablo VI. Es una tesis que no se tiene en pie y, para rechazarla, basta leer la lista de jefes de Estado, primeros ministros y personalidades de alto nivel que han sido recibidos por Bergoglio desde que fue elegido sucesor del apóstol Pedro.

Esa amplia lista prueba, además, que la Santa Sede mantiene su prestigio entre los máximos dirigentes del mundo y que Francisco es considerado por ellos un interlocutor precioso. Así lo han manifestado ya Angela Merkel, Vladimir Putin y, dentro de dos meses, hará lo mismo el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que llegará al Vaticano el 27 de marzo.

Esta semana ha sido el turno del socialista François Hollande, presidente de la República Francesa, que, en medio de una tormenta mediática por su agitada vida sentimental, fue recibido por el Papa el viernes 24. Hollande se declara ateo; Francia ha sido, desde la revolución de 1789, el país paladín de la laicidad; los católicos galos se oponen hoy a las disposiciones de su presidente favorables al matrimonio entre las personas del mismo sexo, a la banalización del aborto, a la eutanasia… Y, en consecuencia, le niegan el voto.

En este contexto hay que situar esta visita al Vaticano, que Le Figaro ha calificado como “formal, pero no sin trasfondos mentales”; es decir, Hollande ha querido realizar un gesto apaciguador hacia sus conciudadanos católicos, pero sin renunciar a ninguno de sus proyectos en las delicadas materias antes citadas.

También familia y bioética

El habitual comunicado del encuentro, calificado como “cordial” (duró algo más de media hora), enumera algunos de los temas tratados: “La familia, la bioética, el respeto de las comunidades religiosas y la protección de los lugares de culto”. Esto último es significativo, pues, recientemente, algunas iglesias católicas han sido profanadas sin que las autoridades hayan intervenido.

También se alude como tema de la conversación a los conflictos en Oriente Medio y en algunas regiones de África, “deseando que, en los diferentes países implicados, la coexistencia social pacífica pueda ser restablecida a través del diálogo y la participación de todos los componentes de la sociedad, en el respeto de los derechos de todos, especialmente de las minorías étnicas y religiosas”.

niño trasladado en camilla después de ser herido en Siria

La cruenta guerra en Siria dura ya tres años

Esta frase se refiere sin duda a Siria. Aunque no se la cita explícitamente, el presidente francés, en la conferencia de prensa posterior, confirmó que había hablado del conflicto sirio no solo con el Papa, sino con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y con el secretario de Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti.

‘Ginebra II’ sobre Siria

Por otro lado, a la misma hora en que el Papa y el presidente francés hablaban de Siria, se estaba desarrollando en Ginebra la segunda conferencia internacional para promover la paz allí. La Santa Sede y el Papa en persona no han escatimado sus esfuerzos para encaminar el conflicto hacia una solución negociada.

Sin ir más lejos, el miércoles 22, antes de concluir la audiencia general, Francisco dijo: “Deseo a la nación siria un camino de reconciliación, de concordia y de reconstrucción con la participación de todos los ciudadanos, en el que cada uno pueda ver en el otro no a un enemigo, sino a un hermano que hay que acoger y abrazar”. Este era el mensaje que llevaba a Ginebra la delegación de la Santa Sede, presidida por Silvano Tomasi, observador permanente ante los organismos de la ONU, y de la que formaba parte el monseñor español Alberto Ortega, que sigue desde la Secretaría de Estado esta problemática zona del mundo.

Interviniendo ante los delegados de más de cuarenta países que han participado en esta conferencia, Tomasi afirmó que, “ante el indecible sufrimiento del pueblo sirio, un sentido de solidaridad y de responsabilidad común nos empuja a comprometernos en un diálogo basado en la honestidad, la confianza recíproca y los pasos concretos. El diálogo es el único camino para seguir adelante. No hay solución militar a la crisis siria. La Santa Sede está convencida de que la violencia no conduce a ninguna parte, sino a la muerte, a la destrucción y a la ausencia de futuro”.

El diplomático vaticano indicó como prioridad absoluta de las negociaciones “el inmediato e incondicionado alto el fuego y el fin de las violencias de todo tipo. Hay que deponer todas las armas y es necesario tomar medidas específicas para parar el flujo de armas y la financiación de las mismas (…). El dinero invertido en armamento debe ser reorientado hacia la asistencia humanitaria. El cese inmediato de la violencia es interés de todos. Es un imperativo humanitario y constituye el primer paso hacia la reconciliación”.

Turkson en el Foro de Davos

Simultáneamente, en otra localidad suiza, Davos, tenía lugar el Foro Económico Mundial al que acude todos los años el gotha de la banca, las finanzas, la economía y la política mundial. En este escenario intervino Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, como portador de un mensaje del Papa. Dio lectura al mismo en la sesión inaugural, resaltando que “la humanidad debe servirse de la riqueza, pero no ser gobernada por ella”.

El cardenal ghanés concluyó con esta idea: “Una apertura a lo trascendente puede dar forma a una nueva mentalidad política y económica, capaz de reconducir toda la actividad económica y financiera dentro de un enfoque ético que sea verdaderamente humano. La comunidad económica internacional puede contar con muchos hombres y mujeres de gran honestidad e integridad personal, cuya labor se inspira y se guía por nobles ideales de justicia, generosidad y atención por el auténtico desarrollo de la familia humana”.

Filipinas sigue presente

Otro cardenal africano, Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, se ha desplazado hasta Filipinas para llevar a sus pobladores la solidaridad y la cercanía del Santo Padre. Además de encontrarse con los obispos, reunidos en su plenaria anual, y con el presidente, Benigno Aquino III, el purpurado visitará la localidad de Tacloban, la más azotada por el tifón Haiyan, que, además de causar 5.000 muertes, ha obligado a abandonar sus modestos hogares a casi cuatro millones de personas.

Entre los proyectos concretos a implementar, Sarah se comprometerá a financiar, con fondos que ha puesto a su disposición el Papa, la construcción de dos casas de acogida, una para niños que han perdido a sus padres y la segunda para ancianos desamparados.

Finalmente, el sábado 25, Francisco recibió en la Sala Clementina a los participantes en el 29º Congreso Nacional del Centro Italiano Femenino (una asociación que, en sus 70 años, ha favorecido la promoción y formación de las mujeres de este país). Es conocida la sensibilidad de Bergoglio respecto al papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, así como su deseo de abrir nuevos espacios para una presencia más incisiva del genio femenino.

“Estos nuevos espacios y responsabilidades que se han abierto –les dijo–, y que deseo vivamente que puedan ampliarse ulteriormente a la presencia y actividad de las mujeres, tanto en el ámbito eclesial como en el civil, no pueden hacer olvidar el papel insustituible de la mujer en la familia. Las dotes de delicadeza, peculiar sensibilidad y ternura de las que es tan rico el ánimo femenino, representan no solo una genuina fuerza para la vida de las familias, para la irradiación de un clima de serenidad y de armonía, sino una realidad sin la cual la vocación humana sería irrealizable”.

En el nº 2.880 de Vida Nueva

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