Francisco: “No podemos considerar las divisiones en la Iglesia como algo natural”

papa Francisco clausura la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos San Pablo Extramuros 25 enero 2014

El Papa cerró la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en la Basílica de San Pablo Extramuros

papa Francisco clausura la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos San Pablo Extramuros 25 enero 2014

M.Á. MORENO | El ecumenismo, la unidad de los creyentes en Cristo y el rechazo a una consideración “natural” de las divisiones entre los cristianos fueron las claves de la homilía del papa Francisco en su visita a la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma, a la que acudió para celebrar las segundas vísperas en la festividad de la conversión del santo titular de dicho templo. A la celebración acudieron, como es habitual, representantes de varias confesiones cristianas.

Presencia ecuménica

Así pues, destacó la presencia de representantes de otras iglesias como el arzobispo metropolita Gennadios de Sassima, representante del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, o el arzobispo anglicano David Moxon, enviado de Canterbury a Roma.

Francisco reflexionó en torno al lema elegido para esta Semana de la Unidad, precisamente un extracto de una de las epístolas de San Pablo: “¿Está dividido Cristo?” (1 Co 1, 13). Además, el Papa oró con ambos enviados de las iglesias ortodoxa y anglicana ante el sepulcro del santo.

“Esta tarde, mientras estamos aquí reunidos en oración, nos damos cuenta de que Cristo, que no puede estar dividido, quiere atraernos hacia sí, hacia los sentimientos de su corazón, hacia su abandono total y confiado en las manos del Padre, hacia su despojo radical por amor a la humanidad. Solo él puede ser el principio, la causa, el motor de nuestra unidad”, afirmó Francisco en su intervención, que hiló a partir de la epístola a la que pertenece el lema, en la que San Pablo se lamenta por la división de los creyentes de Corinto.

“Las divisiones no son un fenómeno inevitable”

“Cuando estamos en su presencia, nos hacemos aún más conscientes de que no podemos considerar las divisiones en la Iglesia como un fenómeno en cierto modo natural, inevitable en cualquier forma de vida asociativa”, explicó el Papa.

Durante su homilía, Francisco repasó aspectos del decreto del Concilio Vaticano Unitatis Redintegratio sobre el ecumenismo (“¡Todos nosotros hemos sido dañados por las divisiones! ¡Ninguno de nosotros queremos llegar a ser un escándalo!”, citó), así como repasó declaraciones al respecto de sus antecesores Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II.

“La obra de estos predecesores míos ha conseguido que el aspecto del diálogo ecuménico se haya convertido en una dimensión esencial del ministerio del Obispo de Roma, hasta el punto de que hoy no se entendería plenamente el servicio petrino sin incluir en él esta apertura al diálogo con todos los creyentes en Cristo”, afirmó el papa Bergoglio.

“Con estos dos hermanos, en representación de todos, hemos rezado en el Sepulcro de Pablo y hemos dicho entre nosotros: ‘¡Oramos para que Él nos ayude en este camino, en este camino de la unidad, el amor, haciendo camino de unidad!’. La unidad no vendrá como un milagro al final: la unidad viene en el camino, la hace el Espíritu Santo en el camino. Si nosotros no caminamos juntos, si nosotros no rezamos unos por otros, si nosotros no trabajamos en tantas cosas que podemos hacer en este mundo por el Pueblo de Dios, ¡la unidad no vendrá!”, finalizó el Pontífice.

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