La misión como salvación para Líbano

OMP e Infancia Misionera tratan de dar respuestas en un país donde ya casi la mitad son refugiados

familia de refugiados sirios en Líbano

Refugiados sirios en Líbano

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | A mediados de los 60, Líbano era conocido como “la Suiza de Oriente Próximo”. Y es que este pequeño país (apenas 10.000 kilómetros cuadrados), en su siempre convulsa región, contaba con un Gobierno estable y una economía que funcionaba bien. Además, era modelo de relativa convivencia social y religiosa (la población estaba dividida casi al 50% entre cristianos y musulmanes, con hasta 18 confesiones).

Sin embargo, las guerras entre sus vecinos palestinos e israelíes les afectaron sobremanera cuando acogieron a decenas de miles de refugiados árabes. Entonces, la división religiosa, étnica y política anidó en su seno. En 1975 estalló una guerra civil entre cristianos maronitas y musulmanes que duró hasta 1990. Nada volvió a ser lo mismo.

Obras Misionales Pontificias (OMP), presente en 140 países en sus 170 años de historia, se fundó en Líbano en 1974, poco antes del inicio de su guerra fraticida. Aunque apenas eran un puñado de religiosos que hacían lo que podían en medio del caos y tratando de conciliar su impulso con sus respectivas tareas comunitarias.

Hasta que en 2006 fue designado como director nacional de las OMP el sacerdote Paul Karam, quien nombró a su gran colaboradora, Nada Hajjar, secretaria nacional de Infancia Misionera, un departamento que hasta entonces ni existía en Líbano.

Nada y Paul, que han estado estos días en Madrid para participar en la presentación de la campaña de las OMP de cara a la Jornada de la Infancia Misionera, este domingo 26, explican orgullosos cómo en Líbano se abre paso, poco a poco, su labor de concienciación sobre la importancia de la misión.

Así, apunta Paul, una de sus principales funciones es la de ofrecer una palabra de denuncia clara y concreta sobre lo que está pasando en su país: “Antes de la guerra civil, había equilibrio entre musulmanes y cristianos y había paz. Hoy seguimos siendo una democracia, pero está acechada por la confrontación. Los cristianos ya somos una minoría, apenas un 26%. Y no dejamos de recibir a refugiados que, casi siempre, son musulmanes. La mayoría son respetuosos, pero también hay fundamentalistas. En poco tiempo, ya ha habido varios atentados en el país… Siria y Líbano son dos países muy diferentes entre sí, pero cada vez queda menos de Líbano”.

Emigrantes y refugiados

En un país de solo cuatro millones de habitantes, hay una impresionante diáspora de ciudadanos, especialmente de América; en Brasil y en Canadá hay siete millones de personas provenientes de Líbano. Casi el doble de quienes viven en su propia tierra…

El fenómeno es aún más impactante si se tiene en cuenta otro dato: entre quienes pueblan hoy Líbano, casi la mitad son refugiados de guerra llegados del exterior. Así, a los 600.000 palestinos que arribaron en estas décadas, se han sumado, en apenas tres años, un millón y medio de sirios que han abandonado su país a causa de la brutal guerra entre los partidarios y detractores de Bashar al-Assad.

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En el nº 2.879 de Vida Nueva.

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