El cardenal Sebastián

Ginés García Beltrán, obispo de Guadix-BazaGINÉS GARCÍA BELTRÁN | Obispo de Guadix-Baza

“La Iglesia en España sigue necesitando el servicio de don Fernando, y seguro que lo hará, ahora con una mirada más amplia y un corazón más grande…”.

¡Fernando Sebastián, cardenal!, sí, era la noticia que rompía el ritmo habitual del pasado domingo. Ha sido una sorpresa esperada. Una sorpresa que francamente nos ha gustado, y no hablo en plural mayestático, nos ha gustado a muchos.

Es vox pópuli, y con razón, que el nuevo cardenal es uno de los obispos españoles con una mirada más clara a la hora de observar la realidad social y eclesial que nos rodea, al trazar un diagnóstico sobre la misma, y, sobre todo, al indicar nuevos caminos por los que avanzar en la evangelización de nuestro mundo. Lo sabe Francisco, lector de la obra de don Fernando.

Prueba de esto son sus tres últimas publicaciones sobre la fe, la evangelización y la Virgen María. Las dos primeras, retomadas después de muchos años, y vistas ahora desde el horizonte que proporciona una larga experiencia como creyente y como pastor.

Uno de los problemas al que tiene que hacer frente la Iglesia de cada época es la debilidad de la fe, por eso don Fernando, a través de su reflexión, nos sigue ayudando en la tarea urgente de fortalecer la fe de los cristianos y en la propuesta misionera de esta a las nuevas generaciones no cristianas. Esta es la tarea de la Iglesia, la razón de una evangelización que ha de ser siempre nueva, porque el Evangelio es eterna novedad. “Siempre es tiempo de evangelización”.

El Papa, en su carta personal a los nuevos purpurados, les dice: “El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es simplemente un servicio que exige ampliar la vista y agrandar el corazón”.

La Iglesia en España sigue necesitando el servicio de don Fernando, y seguro que lo hará, ahora con una mirada más amplia y un corazón más grande.

En el nº 2.879 de Vida Nueva.

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