Familia, eutanasia o islam, en la agenda de la Iglesia francesa

Georges Pontier, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia

El Episcopado comparte con el Papa algunas de sus preocupaciones en vísperas de la visita de Hollande

Georges Pontier, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia

Georges Pontier, presidente del Episcopado francés

JOSÉ LUIS CELADA | El matrimonio, el final de la vida o el lugar que ocupa el islam dentro de la sociedad francesa fueron algunas de las cuestiones que salieron a relucir durante el encuentro de 45 minutos que mantuvieron el papa Francisco y la cúpula episcopal gala, de visita en el Vaticano los días 16 y 17 de enero. Al término de la misma, y a una semana de que Jorge Bergoglio reciba en audiencia al presidente de su país, François Hollande, los obispos aseguraron que tanto el Pontífice como los colaboradores con los que departieron “conocían perfectamente la situación francesa”.

Al término de su visita, en un encuentro con periodistas del que se hace eco la agencia Apic, el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) y arzobispo de Marsella, Georges Pontier, recordó como un “momento muy fuerte” el que vivieron con el papa Francisco el pasado jueves 16, cuando –en compañía de los vicepresidentes Pascal Delannoy (obispo de Saint-Denis) y Pierre-Marie Carré (arzobispo de Montpellier) y del secretario general, el padre Olivier Ribadeau Dumas– compartieron con su anfitrión los trabajos que está llevando a cabo la Iglesia de Francia en el campo de la pastoral familiar y la preparación para el matrimonio.

Con la vista puesta en el consistorio previsto para el próximo 22 de febrero y en las jornadas previas, en las que el Papa se reunirá con todos los cardenales para hablar sobre la familia, y en los dos sínodos de octubre de 2014 y 2015 consagrados al mismo tema, los prelados galos se preguntaron por el acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar.

Sin embargo, Francisco les recordó que no había convocado dicho sínodo solo para hablar de la situación actual de este colectivo en el seno de la Iglesia, sino de “todas las bellezas de la familia”.

Entre las cuestiones abordadas durante la cita, figuró también la del final de la vida. Ahora que el presidente Hollande tiene intención de someter a votación una ley que permita a cualquier anciano aquejado de una enfermedad incurable solicitar “asistencia medicalizada para poner fin a su vida con dignidad”, los obispos presentaron al Papa la declaración que acaban de publicar (Fin de la vida: para un compromiso de solidaridad y de fraternidad), invitando a la prudencia y mostrando su oposición al “acto de matar”.

Durante este intercambio, la presidencia del Episcopado francés fue informada de la inminente visita del mandatario de su país al Vaticano, programada para el 24 de enero, mientras que los pastores le confiaron al Pontífice algunas de las cuestiones tratadas durante su último encuentro con el propio Hollande: la manera de “vivir la laicidad en Francia” y los “debates entre laicidad del Estado y secularización de la sociedad” o “el lugar de las religiones” en ese contexto. A lo que Francisco, dirigiéndose a los máximos responsables de la CEF, se apresuró a responder: “Sé que la laicidad se vive en Francia de una manera original”.

A propósito de estos y otros asuntos, Pontier desveló que tanto el Papa como sus colaboradores más cercanos estaban “advertidos sobre un montón de cosas”. Y así pudieron constatarlo en cada uno de los encuentros con prefectos de varias congregaciones, así como con el secretario de Estado, Pietro Parolin, o con los franceses Dominique Mamberti y el cardenal Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados y presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, respectivamente, con quienes hablaron, sobre todo, del lugar del islam en la sociedad gala actual y de otras cuestiones importantes en materia de diálogo.

Con el propio Francisco, los prelados tuvieron ocasión de intercambiar, además, pareceres acerca de temas de alcance internacional, como la situación en Siria y su próximo viaje a Tierra Santa en mayo, amén de otros asuntos de carácter interno de la Iglesia, tales como la falta de vocaciones al sacerdocio o la formación de los seminaristas.

El Papa quiso concluir este encuentro invitando a los católicos franceses, por medio de sus pastores, a trabajar la exhortación apostólica Evangelii gaudium, considerada por él mismo como “una fuente importante de inspiración para situarse en el mundo de hoy”.

En el nº 2.879 de Vida Nueva

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