Las CEBs testimonian en Brasil un nuevo impulso

13 Encuentro Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base CEBs de Brasil enero 2014

El Papa y 72 obispos muestran su apoyo a 4.000 representantes de estas comunidades

13 Encuentro Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base CEBs de Brasil enero 2014

Las CEBs testimonian en Brasil un nuevo impulso [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Según han destacado los alrededor de 4.000 participantes en el 13º Encuentro Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) de Brasil, celebrado del 7 al 11 de enero en Juazeiro do Norte (Estado de Ceará), esta edición ha supuesto un auténtico hito. No tanto por el ambiente, que ha sido el habitual de alegría, convivencia y fraternidad entre los diversos agentes de pastoral, laicos, religiosos y sacerdotes asistentes (a los que se unieron cristianos de distintas Iglesias y representantes de otras confesiones, además de miembros de comunidades indígenas de toda América Latina y el Caribe), sino por el nítido apoyo recibido desde las más altas jerarquías eclesiales. Así, además de los 72 obispos presentes en la cita, el papa Francisco hizo llegar un mensaje de ánimo que fue leído al inicio de las jornadas.

En la carta, Bergoglio les deseaba a todos los reunidos que “la luz del Espíritu Santo” les ayudase a “vivir con renovado entusiasmo los compromisos del Evangelio de Jesús dentro de la sociedad brasileña”.

Al hilo del lema de la asamblea –Justicia y profecía al servicio de la vida–, y remitiéndose al Documento de Aparecida, el Pontífice describía las CEBs como un instrumento válido para todos los cristianos, para ayudarles a “alcanzar un mayor conocimiento de la Palabra de Dios, un compromiso social en nombre del Evangelio, la aparición de nuevos servicios laicos y una educación de la fe de los adultos”.

Ante tan alta misión, el Papa llamó a estas comunidades a “un nuevo impulso evangélico” y a que “no pierdan el contacto con la rica realidad de la parroquia local”, integrándose “en la pastoral orgánica de la Iglesia particular”. De este modo, entiende Francisco, asegurarán el mantenimiento de una “capacidad de relacionarse con el mundo que renueva a la Iglesia”.

Gratitud hacia el Papa

A la conclusión del encuentro, los participantes remitieron un mensaje de respuesta al Papa en el que le expresaron su gratitud “por su carta hermosa y profunda”. “Vino a nosotros como una luz para iluminar el camino –recuerdan–, reviviendo la esperanza en nosotros como Iglesia, como Pueblo de Dios”.

De este modo, los miembros de las CEBs aprovecharon para mostrar a Francisco su convicción de que su modo de entender el papado está siendo en sí mismo un motor de cambio y esperanza, algo que va más allá de los propios creyentes: “Nos dimos cuenta de que la mayor parte de la humanidad agradecida acepta su testimonio como un hombre de profunda sencillez (…). Le damos las gracias por hacer del ministerio papal una profecía contra la exclusión económica que ahora domina el mundo y defender a los pobres y a los inmigrantes clandestinos, procedentes de África y de otros continentes. También le damos las gracias por reconocer el papel de la mujer en el camino eclesial y esperamos que esta reflexión se profundice”.

En este sentido, los asambleístas explicaron a Bergoglio cómo en esta cita se han reafirmado nuevamente en su vocación y en su “manera de ser Iglesia”, desde el compromiso con las comunidades excluidas. Algo que han concretado al conocer de primera mano nuevas experiencias y testimonios de representantes de “los pueblos indígenas amenazados en su derecho a la propiedad de sus tierras ancestrales”, convirtiéndose en “víctimas cotidianas de la violencia e incluso el asesinato”.

De ahí que se mostraran contundentes al expresar su solidaridad “con la lucha y la resistencia de los cimarrones y los pueblos campesinos, amenazada por grandes proyectos de medio ambiente propios de un capitalismo depredador e injusto con la mayoría de la humanidad”.

Del mismo modo, fue explícito el apoyo de los 72 obispos presentes en las jornadas, quienes, además, quisieron hacer público su propio mensaje de reconocimiento al trabajo de estas comunidades. Algo que quedó patente cuando, al describir cómo habían tenido la oportunidad en estos días de participar en sus dinámicos debates, en sus oraciones ecuménicas o en sus visitas misioneras a instituciones y familias, proclamaron que “estamos viendo cómo en las CEBs está arraigada la Palabra de Dios”.

“Sabemos de los muchos desafíos que enfrentan las comunidades de las zonas rurales y urbanas, del centro y de la periferia –concluían los prelados–. Nuestra palabra es de esperanza y aliento para las CEBs que se propagan a lo largo de Brasil, de América Latina y el Caribe y de otros continentes, para que tomen la profecía y la lucha por la justicia en el servicio de la vida”.

En el nº 2.878 de Vida Nueva
 

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