La ‘Revolución Jeferson’ está en marcha

presentación de la jornada de la Infancia Misionera 2014 de OMP España

Iniciativa de OMP España con motivo de la Infancia Misionera 2014

presentación de la jornada de la Infancia Misionera 2014 de OMP España

Anastasio Gil (izq.) y el director y secretaria de OMP Líbano, en la presentación de la jornada

FRAN OTERO | El próximo 26 de enero, como cada año por estas fechas, la Iglesia celebra la Infancia Misionera, una jornada en la que los niños son protagonistas. Tras cinco años recorriendo el mundo, continente a continente, visitando a todos los niños que en él habitan, Obras Misionales Pontificias ha decidido volver al inicio de esta Obra Pontificia y retomar su lema fundacional: Los niños ayudan a los niños.

Una ayuda que hoy sigue siendo muy necesaria, y en la que nuestro país ocupa el tercer lugar, según datos correspondientes al año 2012, en aportaciones económicas a los niños que viven en países de misión, solo por detrás de Australia y Alemania. De hecho, tal y como apuntó en rueda de prensa el director de Obras Misionales Pontificias (OMP) en España, Anastasio Gil, los niños españoles contribuyeron con más de 18 millones de euros entre 2008 y 2012.

Para mantener toda la ayuda que se ofrece –las actuaciones van más allá de las aportaciones económicas–, OMP ha invitado a todo los niños de España a convertirse en revolucionarios y a cambiar, al menos, un pedazo de este mundo. Pero, ¿cómo?

La respuesta a esta pregunta la encontramos en el vídeo titulado La revolución de Jeferson, también propuesto por las OMP, y en el que se demuestra cómo los niños sí pueden cambiar el mundo, como lo hace Adela, que consigue movilizar a toda su escuela para ayudar a Jeferson, un niño sin recursos que vive en Centroamérica.

Adela, que conoció la existencia de Jeferson a través de un misionero que visitó su colegio, se convirtió así en ejemplo para otros niños, que pueden compartir sus propuestas e ideas a través de las redes sociales, especialmente Twitter, con los hashtags #Cambiaelmundo y #Jeferson.

Otro de los testimonios que ha marcado la celebración de esta edición de Infancia Misionera es la visita a España de la secretaria de Infancia Misionera en Líbano, Nada Hajjar, y del director de OMP de ese mismo país, Paul Karam. Aunque Líbano es un país que también atraviesa muchas dificultades, también allí se ha demostrado que se puede cambiar el mundo.

“Intentamos hacer cosas sencillas para motivar a los niños en el espíritu misionero”, explicó Hajjdar en la rueda de prensa de presentación de la jornada el pasado 8 de enero en Madrid. Por eso, se ofrece ayuda a todo aquel que lo necesite, sea de la nacionalidad o religión que sea; eso sí, con especial atención a la realidad que vive la vecina Siria: “Nuestros pequeños quieren ayudar a los niños refugiados de Siria, niños que son más pobres que ellos”.

Por su parte, Paul Karam recalcó el desafío que supone para Líbano el acoger a millón y medio de refugiados sirios, pues el país no tiene capacidad para ello: “La Iglesia tiene que abrir la conciencia de la comunidad internacional para tomar responsabilidad ante los refugiados, y para promover un camino de paz y no de guerra (…). OMP propone un camino que fomenta la solidaridad entre los niños”.

Una colaboración que, además, redunda en beneficios para todas las partes, la que ofrece y la que recibe, pues “para los niños, cuando han entendido que su vida es compartir, todo está bien”, explica Baptistine Ralamboarison, secretaria general de Infancia Misionera.

“Ya no piensan en que no hay dinero. Eso son cosas de adultos. La primera educación para un niño es decirle: ‘Tú puedes’. Aunque sea huérfano y no tenga nada. Recuerdo una vez que pregunté a una hermana que cuál era la contribución de sus niños a Infancia Misionera, y me respondió enfadada que sus niños no tenían nada. Esto no es bueno para los niños, porque crecerán con la idea de que son pobrecitos. Un niño puede dar mucho: puede rezar. Por eso hay que decirles que ellos pueden”, concluye.

En el nº 2.878 de Vida Nueva.

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