ENRIQUE MEJÍAS RIVERO | “Estoy convencido de que la música es realmente el lenguaje universal de la belleza, capaz de unir entre sí a los hombres de buena voluntad en toda la tierra y de hacer que eleven su mirada hacia las alturas y se abran al Bien y a la Belleza absolutos, que tienen su manantial último en Dios mismo”. Estas fueron, un 16 de abril de 2007, las sabias palabras del actualmente papa emérito, Benedicto XVI.
Hoy como ayer, estas –y tantas otras– siguen resonando en el corazón de la Iglesia sin caer en saco roto. Un buen ejemplo de ello es el reciente lanzamiento del tema Gracias, Benedicto, acompañado de un videoclip cuyas imágenes enfatizan los momentos más representativos de su pontificado.
Una iniciativa impulsada por el P. Mateo Bautista y el cantautor católico José Luis Melgar, ambos de Bolivia, y que ha unido a 14 artistas de una decena de países, portadores de todo un pueblo creyente que desea homenajear en vida el servicio de un servidor de Dios, con ocasión de la clausura del Año de la fe.
Voces veteranas, como las de Luis Enrique Ascoy (Perú), Carlos Seoane (Argentina), Azeneth (México) y Nico Montero (España), que, junto a las de José Luis Melgar, Kevy Morató y las pequeñas Romina y Emily Roca (Bolivia), son tan solo un botón de muestra en un proyecto que repara en la importancia de los años de Benedicto XVI en el ejercicio del ministerio petrino y la herencia de la fe que ha dejado al mundo entero.
Una escucha atenta de la composición reconoce una sencilla estructura estrofa-estribillo, característica del pop. La melodía y el ritmo son muy accesibles a todo público en su estribillo, por su registro restringido y estabilidad, respectivamente. Música que expresa lo que la sola palabra no alcanza.
Más información en: www.facebook.com/joseluis.melgar
En el nº 2.875 de Vida Nueva
