‘Pulcra magistri’ o el esplendor del Maestrazgo castellonense

exposición en el Maestrazgo de la décima edición Luz de las Imágenes

La décima edición de La Luz de las Imágenes muestra el apogeo del arte sacro medieval

exposición en el Maestrazgo de la décima edición Luz de las Imágenes

Tapiz de la Última Cena

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El Maestrazgo es un territorio de especial significación y particulares características al norte de Castellón, que vivió su apogeo en el siglo XIV a la sombra de la Reconquista y la Orden de Montesa, creada por el rey Jaime II bajo la regla del Císter, como filial de los caballeros de Calatrava y heredera de los bienes del Temple. Su legado no solo fue nominal –Maestrazgo no es más que el señorío del maestre o superior de la orden militar–, también cultivó un notable ímpetu religioso que cristalizó en una arquitectura y un arte sacro de extraordinario valor.

“El objetivo es plasmar el carácter singular que posee este territorio de frontera que, durante siglos, fue el baluarte norte del antiguo Reino de Valencia, pero que actuó como un filtro, convirtiéndose en una zona de experimentación e intercambios culturales con Aragón y Cataluña”, según el historiador Víctor Marco García y el canónigo de la catedral de Tortosa, Josep Alanyà i Roig, comisarios de la exposición que culmina la décima campaña de recuperación y difusión del patrimonio histórico-artístico de la Fundación La Luz de las Imágenes, creada en 1999 por la Generalitat Valenciana. exposición en el Maestrazgo de la décima edición Luz de las Imágenes

La muestra exhibe 302 obras, entre pinturas, orfebrería, tejidos, documentos y esculturas, datadas entre la Prehistoria y el siglo XX, aunque el mayor interés se concentra en el arte sacro de los siglos XIV y XV, período que representa como ningún otro el Pulchra Magistri o esplendor del Maestrazgo.

Más de cien de estas obras han sido restauradas por la Luz de las Imágenes en su Centro de Conservación de Bienes Muebles en Bétera (Valencia), procedentes de poblaciones del Maestrazgo y Els Ports, como Atzaneta del Maestrat, Benasal, Càlig, Cinctorres, Herbés, La Jana o Morella, entre otras. En total, según enumeran los comisarios, se contabilizan pinturas sobre lienzo (23), sobre tabla (30), sobre bronce (1), esculturas (10), orfebrería (24), tejidos (8) y documentos (12), que han recobrado su esplendor originario. La labor de restauración ha incluido también seis de las ocho sedes de este peculiar itinerario artístico que se reparte entre cuatro ciudades: Culla, Catí, Vinarós y Benicarló.

Las dos primeras representan el Alto Maestrazgo y en ellas se han rehabilitado la iglesia parroquial de la Asunción y la Lonja-Casa de la Vila (Catí), además de la iglesia de El Salvador y la anexa Casa Abadía, en Culla, población que también incluye en el itinerario expositivo dos antiguos edificios medievales civiles: el hospital y la cárcel. Mientras que en el Bajo Maestrazgo han sido recuperadas la iglesia arciprestal de Vinaròs y la iglesia de San Bartolomé de Benicarló.

“Por primera vez, Culla y Catí actuarán como escenarios expositivos en su totalidad con la utilización de sus edificios arquitectónicos más representativos y albergarán las manifestaciones artísticas de la Prehistoria, la Antigüedad y los primeros testimonios del cristianismo hasta la Edad Media”, explican Marco y Alanyà.

“Benicarló y Vinaròs exhiben en sus majestuosos templos –añaden– las representaciones artísticas del Renacimiento y el primer Barroco, junto a aquellas obras datadas desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX, respectivamente”. Se podrá ver hasta noviembre de 2014. exposición en el Maestrazgo de la décima edición Luz de las Imágenes

Iglesia del Salvador

En esta décima exposición de Las Luz de las Imágenes –después de Camins d’Art, celebrada en 2011 en Alcoi y probablemente la última gran muestra antes de la reconversión de la Fundación a formatos más reducidos– destaca el retablo de piedra de la iglesia del Salvador de Cullá, datado en el siglo XIII.

Una verdadero hito, dado que se ha reconstruido a partir del hallazgo de la talla fragmentada de El Salvador, encontrada en un almacén de la sacristía en 1976 junto a un león. Desde entonces, en diferentes campañas arqueológicas en el entorno de la parroquia se han ido recuperando diversos fragmentos, el último con motivos cuadrilobulados, extraído el pasado año de uno de los muros de la Casa Abadía.

Con las piezas recuperadas, el retablo se ha podido volver a colocar en la iglesia. “Pudo ser obra de algunos de los talleres de escultores que trabajaron en la Edad Media en el Maestrazgo, como el de Aloi de Montbrai, dada la relación evidente con retablos como el de San Miguel de Canet lo Roig, que se encuentra en el MNAC y el Museu Frederic Marès, ambos en Barcelona”, explican.

Dos de los fragmentos, además, encajan revelando una escena en la que parece representarse la resurrección de Lázaro. “Aparecen restos de policromía dorada en los cabellos y barbas de los personajes representados, lo que constata que se pretendía dar una sensación de pieza de orfebrería a dicho retablo”.

Pulchra Magistri nació con la voluntad de reunir todo tipo de manifestaciones artísticas que se encontraban dispersas en diferentes centros expositivos vinculadas al Maestrazgo. De ahí que se expongan obras procedentes del Museo del Prado, el Museo Arqueológico Nacional, la Real Academia de San Fernando, el Museu Nacional d’Art de Catalunya, el Museu Fredèric Marès, el Museo Nacional de Cerámica González Martí o los museos de Bellas Artes de Castellón y Valencia, entre otros. Destaca la presencia de grandes nombres de la pintura medieval, renacentista y barroca, como Bernat Serra, Jacomart, Vicente Macip, Francisco Ribalta, Cristóbal Llorens y José Orient. Incluso del XIX, como Vicente López.

Entre las 300 obras expuestas, hay también procedentes de 52 poblaciones del Maestrazgo y Els Ports, como el retablo de los Santos Juanes de Albocàsser (1400-1410) y las cruces de término o peirons, como las denominadas de Avinyó, de la iglesia parroquial de Asunción (Catí) o la procedente de la iglesia parroquial de San Bartolomé (Herbés).exposición en el Maestrazgo de la décima edición Luz de las Imágenes

En el antiguo hospital de Culla se exhibe la denominada Piedra de los pájaros, datada en el siglo XIV, y que apareció emparedada en una casa. El sillar, con dos palomas en bajorrelieve que se besan sus picos, se ha relacionado con los últimos cátaros del Maestrazgo.

Otro referente son las llamadas “pinturas fingidas” de la iglesia arciprestal de Vinaròs. “Un hito histórico sin parangón porque no existen otras con estas dimensiones en la Comunitat y ahora podrán ser contempladas después de 300 años ocultas”, explica Rafael Ripoll, secretario autonómico de Cultura de la Generalitat.

Ocultas en tres de las fachadas del templo, debieron de ejecutarse en el siglo XVII por los Guilló, familia de pintores oriundos de Vinaròs que se especializaron en un tipo de pintura de marcado carácter decorativo. “Fueron los autores de los frescos de dos capillas laterales y dejaron su sello en este tipo de pinturas en varias poblaciones de la provincia de Castellón, como Albocàsser”, según Ripoll.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.874 de Vida Nueva

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