ACPO: Un caso colombiano de buena memoria

UNESCO destaca el legado de la Acción Cultural Popular

 

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El 23 de agosto de 1947, José Joaquín Salcedo Guarín llegó a Sutatenza (Boyacá), como asistente del párroco del pueblo. Inmediatamente, el joven sacerdote comenzó a poner en marcha acciones para atender a las necesidades de los pobladores; su meta era lograr que la gente aprendiera a vivir con dignidad. Este esfuerzo dio origen a las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza y a la fundación Acción Cultural Popular (ACPO), obra pionera de comunicación educativa. Tiempo después, el 1º de noviembre de 2013, UNESCO anunció que la colección documental de Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular –en custodia de la Biblioteca Luis Ángel Arango– entraba a formar parte del Registro Regional de Memoria del Mundo. Así, 66 años, 2 meses y 10 días después del viaje de Salcedo, el organismo mundial de la cultura estableció que el esfuerzo iniciado en Sutatenza era una historia que debía ser salvada del olvido e inscrita en la memoria del país y el mundo.

La designación de la UNESCO destaca el valor de una colección de documentos y el de una empresa: ACPO, con repercusiones ejemplares como para ser compartida e imitada. Alexis De Greiff, director de la Biblioteca Luis Ángel Arango, afirma que “UNESCO recomendó que la colección se postule para hacer parte del Registro Internacional de Memoria, un paso crucial para que en el futuro sea reconocida como Patrimonio Documental de la Humanidad. De esta manera no sólo se resaltaría su valor documental, integridad y estado de conservación, sino el impacto que este proyecto educativo tuvo en varias generaciones de colombianos y latinoamericanos”.

ACPO creó un conjunto de medios de comunicación dedicado a la educación y al desarrollo rural. ACPO promovió la Educación Fundamental Integral del campesino, a quien brindaba ideas e instrumentos para que se capacitara y viviera cada vez mejor. El trabajo se desarrollaba mediante lo que la institución llamó “uso sistemático y combinado de medios”, que no era más que lo que ahora se conoce como metodología multimedia. ACPO fue pionera en temas educativos y comunicativos y recibió reconocimientos nacionales e internacionales. La UNESCO adoptó y promovió su modelo en varios países, con resultados comprobados.

La declaración de la UNESCO sobre el valor de la colección de ACPO y su importancia para la concreción de una memoria mundial, destaca –adicionalmente– un tipo de relatos hoy desdeñados por algunos medios nacionales: el de las empresas hechas por compatriotas decentes, con fines benéficos; es decir, el de historias sin villanos, con contenido y abundantes buenas intenciones.

TEXTO: MAURICIO A. SALAS. FOTO: ACPO

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