Los obispos argentinos, contra la droga y a favor del encuentro

alijo de cocaína decomisado por la policía en Buenos Aires

La Asamblea Plenaria convoca una jornada de ayuno y oración para el 7 de diciembre

alijo de cocaína decomisado por la policía en Buenos Aires

Un gran alijo de cocaína decomisado por la policía en Buenos Aires

PEDRO SIWAK (BUENOS AIRES) | La Asamblea de los obispos argentinos, celebrada entre el 4 y el 9 de noviembre, dio a conocer el documento El drama de la droga y el narcotráfico, pronunciamiento que decidió emitir tras los violentos sucesos registrados en la provincia de Santa Fe, donde la casa del gobernador, Antonio Bonfatti, fue tiroteada, por suerte sin víctimas. Aunque, en lo que va del año, en Rosario suman ya más de 200 los muertos causados por sectores antagónicos que buscan adueñarse del comercio de estupefacientes.

El documento –cuya presentación corrió a cargo del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, y del presidente de la Comisión de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, Jorge Eduardo Lozano– contiene dos ideas de vital importancia: por un lado, los pastores advierten que Argentina corre el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno; y, por otro, aclaran que perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado.

Además, informan sobre los numerosos padres y madres que se acercan a la Iglesia para solicitar ayuda ante el peligro de muerte que pende sobre sus vidas, u otros que lloran por la pérdida de un hijo por sobredosis o por la violencia que genera el narcotráfico.

Los prelados sostienen que, si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes, costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias, que han ido ganando cada vez más espacio. Y lamentan que el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas en esta materia, el SEDRONAR, lleve tantos meses sin un responsable designado.

Cabe señalar que la Iglesia ya ha sufrido amenazas de muerte por su postura enérgica contra la droga. En 2009, el cura villero Pepe di Paola debió trasladarse desde la Villa 21-24 a Santiago del Estero ante la posibilidad de que atentaran contra su vida. Y este año, en la localidad bonaerense de Ensenada, el padre Christian Viña sufrió amenazas en el oratorio que levantó en el barrio obrero 5 de Mayo.

Conversión pastoral

Por otra parte, en la línea de la petición papal por la paz en Siria, los obispos convocaron para el 7 de diciembre, primer sábado de Adviento, una jornada de ayuno y oración.

En su homilía durante la misa de apertura de la Plenaria, Arancedo recordó que la Asamblea coincidía con la clausura del Año de la fe, “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, con motivo de los 50 años del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica”.

Y aludió a dos acontecimientos emblemáticos para la Iglesia argentina: el “inicio del ministerio petrino de nuestro hermano Francisco y la beatificación del Cura Brochero”.

Hizo referencia también a la JMJ, una exigente dimensión misionera de la Iglesia, que existe para evangelizar, y a la necesidad de hacer crecer una cultura del encuentro en el país. “Parecería que los argentinos –agregó Arancedo– no nos queremos ni nos cuidamos, nos enredamos en un estéril juego dialéctico que nos enfrenta, descalifica y hace difícil ese encuentro que nos permita crecer como nación”.

Asimismo, se analizó el discurso del papa Francisco a los obispos de Brasil, uno de los más importantes de su visita a Río, en el que trazó las pautas que deben guiar la Iglesia: un trabajo más pastoral que administrativo, una mayor participación del laicado, así como una erradicación de ese clericalismo propiciado tanto por sectores de los consagrados como por el laicado. Pero el desafío mayor de los obispos será encarar el nuevo modelo de Iglesia propuesto por el Papa, que apunta a ir hacia la periferia y a incentivar la actividad misionera.

Otro de los temas considerados por la Asamblea de la CEA fue el documento preparatorio para el Sínodo sobre la Familia de 2014.

El Papa solicitó a los episcopados del mundo que distribuyan una serie de preguntas al respecto para conocer la opinión de la feligresía parroquial y de otras instituciones como universidades y organismos especializados en temas familiares. Una comisión constituida para llevar a cabo esta tarea repartirá en los próximos días dicho cuestionario, con el propósito de recibir las respuestas a mediados de diciembre y, luego, enviarlas el 15 de enero a la Secretaría del Sínodo.

En el nº 2.872 de Vida Nueva

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