Francisco continúa la limpieza de la estructura económica

Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede

Establece más filtros de control y otorga un nuevo estatuto al departamento financiero

visita del papa Francisco al Giorgio Napolitano, presidente de la República de Italia, noviembre 2013

El Papa y el presidente Napolitano

ANTONIO PELAYO (ROMA) | “La Secretaría de Estado da la bienvenida al nuevo secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin, que llegó a la oficina esta mañana”. Este es el texto del tuit enviado el lunes 18 de noviembre, a primeras horas de la mañana, desde la cuenta de Twitter de la oficina del primer colaborador del Papa.

En efecto, Parolin llegó a Roma el sábado, después de haber pasado en el norte de Italia más de un mes. Y es que, en la primera mitad de octubre, fue sometido a lo que fuentes del hospital de Padua definieron como una “pequeña intervención de inspección” y el papa Bergoglio calificó como “leve intervención quirúrgica”.

El 25 del mismo mes, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, anunció que había sido dado de alta e inició un período de convalecencia en su domicilio familiar de Schiavon, cerca de Vicenza.

Parolin, que de momento se aloja en la Casa Santa Marta –el cardenal Bertone sigue ocupando el apartamento oficial del secretario de Estado, a la espera de que concluyan los trabajos de su nuevo alojamiento, siempre dentro del Vaticano–, concelebró el lunes la misa con el Papa en la capilla de la residencia y, después de desayunar, se dirigió a su despacho, situado en la primera loggia del Palacio Apostólico.

A última hora de la mañana, se entrevistó con el primer ministro de las Islas Bahamas, Perry Gladstone Christie (previamente recibido en audiencia por el Pontífice), con el que se dejó fotografiar. Las fotos reflejan un cierto adelgazamiento, pero su expresión mantiene la vivacidad de siempre. Desde estas líneas le deseamos que la conserve por muchos años, todos los que sean necesarios para dar curso a un nuevo rumbo a la Secretaría de Estado.

Visita a Napolitano

Parolin no formó parte, pues, del séquito que acompañó el 14 de noviembre a Francisco en su primera visita al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano. Fiel a su estilo sobrio, Bergoglio llegó al Palacio del Quirinal en su Ford Focus, después de atravesar Roma con un modesto cortejo, precedido por dos policías motorizados. Nada de escuadrón de coraceros a caballo con uniforme de gala ni de revista a las tropas desplegadas en el patio de honor de la que, durante trescientos años y hasta la unidad de Italia en 1861, fue residencia de los papas.

Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede

Pietro Parolin

Del intercambio de discursos, que tuvo lugar en el inmenso Salón de Fiestas en presencia de doscientos invitados de alto rango, cabe destacar el llamamiento de Napolitano a que la sociedad italiana, “descompuesta por exasperaciones partidistas en un clima frecuentemente envenenado y desestabilizador”, se esfuerce por imitar la “cultura del encuentro que a usted le gusta evocar con su invitación al ‘diálogo, diálogo, diálogo’”.

El Papa recogió la sugerencia que le brindaba el octogenario presidente para enaltecer la virtud de la concordia: “La tarea primordial de la Iglesia es testimoniar la misericordia de Dios y alentar generosas respuestas de solidaridad para abrir un futuro de esperanza; porque allí donde crece la esperanza, se multiplican también las energías y el compromiso para la construcción de un orden social y civil más humano, y emergen nuevas potencialidades para un desarrollo sostenible y sano”.

Durante el trayecto que le condujo del Vaticano al Quirinal, el coche del Papa se cruzó con muchos vehículos públicos y privados, cuyos sorprendidos conductores le saludaban. Esta es una de las muchas ocasiones en las que su espontaneidad siembra el pánico entre los responsables de su seguridad.

Ese mismo día, el diario Il Fatto Quotidiano publicaba en primera página unas declaraciones del fiscal adjunto de Reggio Calabria, Nicola Gratteri, en las que este lanzaba su alarma ante la posibilidad de un atentado contra el Papa, urdido por los boss de la mafia: “Los que hasta ahora se han alimentado del poder y de la riqueza que derivan directamente de la Iglesia, están nerviosos, agitados. El papa Bergoglio está desmontando centros de poder económico en el Vaticano. Si pudieran tenderle una zancadilla, no lo dudarían. No sé si la criminalidad organizada está en condiciones de hacer algo, pero seguro que están pensándoselo. Puede ser peligroso”.

No preocupa la seguridad papal

Interrogado por Elisabetta Piqué, corresponsal en Roma del diario argentino La Nación (y autora de la excelente biografía del Papa, Francisco, vida y revolución, publicada estos días), el comandante de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani, quitó hierro a las amenazas: “No veo en estos momentos amenazas específicas contra el Santo Padre. Yo confío mucho en el Espíritu Santo, pero también en la acción preventiva que hacemos antes de cualquier celebración o acontecimiento”.

Por otro lado, el lunes 18, la Sala de Prensa dio a conocer un motu proprio por el que Francisco aprueba el nuevo estatuto de la Autoridad para la Información Financiera (AIF), organismo instituido en diciembre de 2010 por Benedicto XVI y cuyo presidente es el cardenal Attilio Nicora, siendo su director el laico suizo René Brülhart, experto en la lucha contra el blanqueo de dinero negro y la financiación del terrorismo.

papa Francisco con un grupo de niños en el Palacio del Quirinal

Con un grupo de niños en el Quirinal

Como ya hemos informado en estas páginas, junto al motu proprio del pasado 8 de agosto y la nueva ley del pasado octubre, el Papa ha querido reforzar el marco institucional de la Santa Sede en materia de transparencia y vigilancia de sus estructuras y de las del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El nuevo estatuto reconoce a la AIF las siguientes funciones: vigilancia y reglamentación con fines prudenciales de los entes que desarrollan profesionalmente una actividad de naturaleza financiera, y vigilancia y reglamentación con el fin de prevenir y contrastar el blanqueo y la financiación del terrorismo.

Para lograr estos objetivos, el estatuto distingue mejor los papeles y las responsabilidades del presidente, el consejo directivo (formado por cinco miembros) y el director de la AIF.

Al mismo tiempo, se hacía público un comunicado del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano (su presidente es el cardenal Giuseppe Bertello), en virtud del cual, “como consecuencia de un procedimiento de selección, se ha encargado a un equipo internacional de Ernest&Young llevar a cabo un trabajo de control y asesoramiento sobre las actividades económicas y sobre los procesos de gestión administrativa de la entidad”.

Se busca impedir que vuelvan a repetirse abusos denunciados en su día por el entonces secretario Carlo Maria Viganò, hoy nuncio en Washington. A él le ha sucedido (después de un breve pasaje del bertoniano Giuseppe Sciacca) el español Fernando Vérgez Alzaga.

Finalmente, Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ofreció una rueda de prensa el lunes 18 para informar sobre los últimos actos del Año de la fe, que el Papa clausurará este domingo 24, festividad de Cristo Rey.

Fisichella anunció que, al final de la eucaristía (cuya colecta irá a parar a la ayuda a Filipinas), Francisco entregará ejemplares de su exhortación apostólica Evangelii Gaudium (El gozo del Evangelio) a una nutrida representación del Pueblo de Dios.

También informó de que, en este año, han sido más de ocho millones los peregrinos en Roma. Los que lo hagan el día 24, tendrán la oportunidad, única en la historia, de venerar las reliquias de san Pedro, que habitualmente reposan en la cripta de la basílica.

En el nº 2.872 de Vida Nueva

Compartir