En ‘El revés de la trama’: Jean Echenoz (Anagrama, 2013). La recensión es de Javier Morales
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Título: 14
Autor: Jean Echenoz
Editorial: Anagrama, 2013
Ciudad: Barcelona
Páginas: 104
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JAVIER MORALES | ¿Es posible abordar la I Guerra Mundial en cien páginas?, me pregunté antes de lanzarme a leer 14, la última novela de Jean Echenoz (Orange, 1947). De Echenoz había leído hace poco Correr, espléndida novela publicada también en Anagrama, donde el escritor francés recrea la vida de Emil Zátopek (1922-2000), el legendario atleta checo de los años 40 y 50. Zátopek pudo sobrevivir a los nazis y al estalinismo gracias a su particular modo de correr, un estilo rudo y poco estético, pero con el que consiguió numerosas proezas en el medio fondo. Su apoyo a la Primavera de Praga (1968) le condenaría al ostracismo.
A la hora de retratar la realidad, en este caso la realidad de una guerra, uno puede aspirar a intentar abarcarlo todo, como Tolstoi en Guerra y Paz o Grossman en Vida y Destino, o retratar un detalle para que nosotros tiremos del hilo. Algo así como de lo local a lo global. Es lo que hace Echenoz.
Con el mismo estilo lacónico y despojado de sus anteriores obras, con un uso magistral de la elipsis, Echenoz narra la vida del joven Anthime y de sus amigos de La Vendée, llamados a filas para luchar en una guerra cuya proclamación se recibió casi con entusiasmo por quienes pensaban que el conflicto sería breve, unos tiros y el regreso a casa como héroes; la guerra como medio para uncirse de gloria y evadirse de la vida cotidiana.
Los hechos, como sabemos, fueron muy distintos y el conflicto se prolongó durante cuatro años. Los soldados acabaron perdiendo la noción del tiempo y asistieron al horror de la muerte, al vacío, a una guerra de trincheras en la que convertirse en un mutilado era un pasaporte a la salvación porque te devolvía a casa, o lo que quedaba de ella.
En la novela de Echenoz también hay un lugar para la vida y el amor, para la esperanza. Y sí. El autor francés logra destilar la historia en poco más de cien páginas, sin caer en la alegoría o el simbolismo. Echenoz es un escritor a quien los árboles no le impiden ver el bosque.
En el nº 2.872 de Vida Nueva.
