ENRIQUE MEJÍAS RIVERO | En unas semanas, el 29 de noviembre, verá la luz el segundo trabajo discográfico del joven cantautor cristiano, natural de Puente Genil (Córdoba), Jesús Cabellom, titulado Contigo.
Esta nueva producción, bajo el sello Trovador, sorprende con un giro de estilo musical respecto a su primer disco –¿Cuánto vale la vida? (2011)–, donde se apreciaba la influencia de la canción de autor. En esta ocasión, se presenta a ritmo de pop-rock, y ello no es casual: durante el Encuentro Mundial de las Familias con el papa Benedicto XVI, en junio de 2012, donde su música sonó ante casi un millón de asistentes, compartiendo escenarios con artistas de la talla de Josh Blakesley, Noa o Dulce Pontes, su autor pudo empaparse de muchos de los grupos musicales cristianos allí presentes, lo que motivó un vuelco en su manera de componer hasta entonces.
La relación música-texto está bien presente a lo largo de sus once temas. En Todo lo hizo bueno, la melodía inicial estática, a modo de recitado salmódico, recuerda a “esa nada” antes de Dios. La música comienza a caminar cuando reconoce la bondad de todo lo creado.
Los delicados y aterciopelados armónicos de la guitarra, y el uso de acordes disonantes que provocan tensión en Nada, descubren ese dolor que experimenta quien se apartó del amor de Dios.
Una flor en el desierto cuenta con la colaboración de Migueli –reconocido cantautor cristiano–, quien, con su interpretación, adorna estrofas construidas con solo tres sonidos. El clímax se alcanza en el estribillo, a través de una rica y hermosa polifonía acentuada con coros bien logrados. Las guitarras, tocadas con mucho gusto, son de Jonatan Narváez. Aún se está perfilando la agenda de conciertos por España. Más info: www.jesuscabello.es
En el nº 2.870 de Vida Nueva
