Cuatro modelos para el laicado de hoy

cardenal Herrera Oria, Pilar Bellosillo, P. Abundio García y Guillermo Rovirosa

Analizan las figuras de Ángel Herrera, Pilar Bellosillo, Abundio García y Guillermo Rovirosa

cardenal Herrera Oria, Pilar Bellosillo, P. Abundio García y Guillermo Rovirosa

J. LORENZO | “Extraer estímulos que sirvan para impulsar la acción de los laicos”. Con este objetivo, 90 representantes de varias asociaciones laicales se reunieron los días 26 y 27 de octubre, en Madrid, para analizar a cuatro figuras eclesiales que, de alguna manera, “fueron precursores del Vaticano II” en España y ayudaron a “renovar la vocación laical y el compromiso social” de la época.

Los modelos propuestos en este seminario, organizado por la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar bajo el título Testigos de ayer, estímulos para el laicado de hoy, fueron Guillermo Rovirosa (HOAC), Abundio García Román (Hermandades del Trabajo), Pilar Bellosillo (Acción Católica) y Ángel Herrera Oria, impulsor de la presencia pública de los laicos en la esfera social y política.

Cada uno de ellos fue presentado por un especialista en su figura y obra (Alfonso Alcaide, José Damián Gaitán, Santiago Madrigal y José Sánchez Jiménez, respectivamente), pero siempre con el espíritu de “no hacer propaganda de lo nuestro, sino de lo que todos podamos aportar al ámbito comunitario, sintiéndonos hermanos e iguales, con una mayor coherencia evangélica para ser más testimoniales y creíbles, y con menor autorreferencialidad, como pide el papa Francisco”, en palabras del secretario de la comisión episcopal, Antonio Cartagena.

Cuatro ponencias –a cargo de Joaquín Luis Ortega, Feliciano Montero, Cori Casanova y Luis González-Carvajal– sirvieron, primero, para contextualizar el papel de esos cuatro testigos en el contexto social y eclesial de la España del tercer cuarto del siglo XX, y, después, para analizar cómo cada uno de ellos, desde su concreto compromiso (el apostolado obrero, el acompañamiento y consejo sacerdotal, el compromiso público y el papel de la mujer en la Iglesia), podrían servir de estímulos para la vocación laical y el compromiso social en nuestros días.

Entre las pistas ofrecidas para transitar este camino, y, como se afirmó, habida cuenta de que el laicado sigue siendo “la gran asignatura pendiente del posconcilio”, se invitó a que los laicos no teman ser una minoría, eso sí, creativa, como pidió en su día Benedicto XVI; asumir la complejidad que vive la institución eclesial en un contexto de pérdida de credibilidad de las instituciones, también de ella; cuidar una vida de servicio más allá de la pura militancia en la asociación concreta en la que se esté inserto; construir formas de presencia en el mundo que respeten la laicidad y el pluralismo; o ser hombres y mujeres que comparten y convocan en una Iglesia que acoge.

Estas jornadas, que pidieron que se conviertan en periódicas para seguir estudiando a tantos otros testigos, fueron presididas por Antonio Algora, obispo responsable de Pastoral Obrera de la CEE.

En el nº 2.869 de Vida Nueva.

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