Más Francisco que nunca

papa Francisco visita Asís, celda de San Francisco con los franciscanos, 4 de octubre 2013

En Asís, el Papa ensalza al ‘Poverello’ y clama contra la “vergüenza” de Lampedusa

papa Francisco visita Asís, niños enfermos y discapacitados en el Instituto Seráfico, 4 octubre 2013

Con los niños en el Instituto Seráfico

Francisco pide a los jóvenes en Asís “primero el testimonio, luego la palabra”

El Papa llama a “despojarse de la mundanidad” en Asís

ANTONIO PELAYO (ROMA) | La visita a Asís del papa Francisco, este pasado 4 de octubre, adquirió, desde que fue anunciada, un relieve muy especial por varias razones. La primera, porque el visitante era el primer pontífice de la historia –incluidos los numerosos papas franciscanos– que ha escogido el nombre del Poverello; la segunda, porque era también una primicia en la vida de Jorge Mario Bergoglio, quien nunca antes había visitado la ciudad; la tercera, porque, a diferencia de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, esta visita seguía en la ciudad umbra todas las huellas de san Francisco desde su nacimiento hasta su muerte; un itinerario completo, geográfico y, a la vez, espiritual.

Como si tuviera prisa por comenzar la visita, el helicóptero del Papa aterrizó con un largo cuarto de hora de antelación sobre el horario anunciado. Eran las siete y media de la mañana y, sin dilación, Francisco se dirigió al contiguo Instituto Seráfico, una institución modélica fundada en 1871 por el beato Ludovico de Casoria, donde reciben asistencia muchachos y niños afectados por graves discapacidades.

Eran unos sesenta los que le esperaban con ansiedad en la pequeña capilla, acompañados por sus enfermeros y familiares. El Papa quiso saludarlos a todos uno por uno, sin prisas, con múltiples gestos de ternura, susurrando palabras de afecto en sus oídos, bendiciendo a todos los presentes.

En sus palabras de saludo, la directora del Instituto, Francesca di Maolo, dijo: “Aquí vivimos entre las llagas de Jesús. Aquí la caridad no es un deber, sino un privilegio y un don”. De estas palabras, partió la inspiración para las que pronunció minutos más tarde Francisco, improvisando: “Aquí está Jesús, escondido en estos muchachos y niños, en estas personas. En el altar adoramos la carne de Jesús; en ellos encontramos las llagas de Jesús. Jesús, escondido en la Eucaristía, y Jesús, escondido en estas llagas”.papa Francisco visita Asís, 4 octubre 2013

Después de una visita privada a la iglesia de San Damián, donde le recibió el ministro general de los Hermanos Menores, Michail A. Perry, el Santo Padre llegó a la sede del Obispado. En la llamada “sala del expolio”, que, según la tradición, fue el escenario en el que san Francisco se despojó de sus ricas vestimentas, le esperaban los pobres de la ciudad. Al saludarle el obispo local, Domenico Sorrentino, le recordó que era el primer papa que visitaba un lugar tan simbólico.

“Ha dicho mi hermano Domenico –respondió el Pontífice, de nuevo improvisando– que es la primera vez en 800 años que un papa viene aquí. Estos días, en los periódicos y los medios de comunicación se publicaban fantasías: ‘¡El Papa irá a expoliar la Iglesia!’. ¿De que la expoliará? ‘Despojará a los obispos y a los cardenales de sus vestiduras, se despojará a sí mismo’. Esta es una buena ocasión para invitar a la Iglesia a que se despoje. Pero la Iglesia somos todos, y todos debemos andar por el camino de Jesús, que ha recorrido un camino de despojamiento. Y, si nosotros queremos ser cristianos, no hay otro camino. Pero, dicen, ‘¿no podemos hacer otro cristianismo, un poco más humano, sin Cruz, sin Jesús, sin desprendimiento?’. De ese modo, nos convertiríamos en cristianos de pastelería, como bellas tartas, como bellos dulces. Hermosísimo, pero no verdaderamente cristianos. (…) Pero algunos dirán: ‘¿De qué se tiene que despojar la Iglesia?’. Tiene que despojarse de un peligro gravísimo, que amenaza a todos sus miembros, a todos: el peligro de la mundanidad. El cristiano no puede convivir con el espíritu del mundo. La mundanidad nos lleva a la vanidad, a la prepotencia, al orgullo. Y esto es un ídolo, no es Dios. Y la idolatría es el pecado más fuerte”.

A las once, dio comienzo la Eucaristía, que el Papa concelebró con los ocho miembros del consejo de cardenales, con los que se ha reunido por primera vez del 1 al 3 en Roma, y con el legado pontificio para las basílicas de Asís, el cardenal Attilio Nicora. Estaba presente en la ceremonia el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Enrico Letta. En la plaza adyacente a la basílica no cabía un alma.papa Francisco visita Asís, celda de San Francisco con los franciscanos, 4 de octubre 2013

La homilía papal se centró en el testimonio que debe dar san Francisco a los cristianos de hoy: “¿Qué nos dice, pero no con las palabras, que eso es fácil, sino con la vida?”. La respuesta no se hizo tardar en los labios de Bergoglio: “El amor a toda la Creación, a su armonía (…). Sobre todo, san Francisco testimonia el respeto a todo, testimonia que el hombre está llamado a custodiar al hombre, que el hombre está en el centro de la Creación, en el puesto donde Dios, el Creador, le ha querido. ¡No como instrumento de los ídolos que nos creamos! ¡La armonía y la paz! Francisco ha sido un hombre de armonía, un hombre de paz. Desde esta ciudad de la paz, repito con la fuerza y la mansedumbre del amor: respetemos la Creación, no seamos instrumentos de destrucción. Respetemos a todos los seres humanos: cesen los conflictos armados, callen las armas y, en todas partes, el odio ceda el puesto al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión”.

Para almorzar, el Papa no quiso otra compañía que la de los pobres a los que asiste Cáritas. Fue un encuentro del que existe un solo testimonio gráfico: el de un niño que, cogiéndole de la mano, le introdujo en el comedor. Los fotógrafos y reporteros de televisión no pudieron acceder al recinto y tampoco estuvieron presentes cuando Francisco visitó el llamado “eremitorio de las cárceles”, lugar de retiro del santo.

A las decenas de miles de jóvenes con los que se reunió en la plaza que se abre ante la fachada de Santa Maria degli Angeli, les pidió que se hicieran heraldos del Evangelio, anunciadores de la Buena Nueva, incluso “sin palabras. Sí, con el testimonio. Primero el testimonio, después la palabra”. Antes de regresar a Roma, quiso estar unos minutos en Rivotorto, en el llamado “tugurio” de san Francisco. Así no quedó rincón alguno de la vida del santo que no fuese visitado por el Papa que lleva su nombre.

La “vergüenza” de Lampedusa

Acaecida la víspera, por otro lado, la tragedia de Lampedusa –tras el hundimiento de una embarcación con la que más de 500 inmigrantes querían entrar en la costa italiana, habiendo sobrevivido únicamente 155 personas– no podía sino entristecer profundamente al Santo Padre, que, precisamente, había elegido la isla del Mediterráneo como destino de su primer viaje dentro de las fronteras italianas, siendo allí donde alzó su voz contra la “globalización de la indiferencia”.

Francisco se hizo eco de ella poco después de que llegasen a las agencias las primeras y ya tremendas cifras de la catástrofe. El Papa recibía esa mañana al Pontificio Consejo Justicia y Paz, promotor de un congreso para celebrar el 50º aniversario de la encíclica Pacem in terris, de Juan XXIII.

En la parte final de su alocución, dijo emocionado: “Hablando de paz, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma de la falta de respeto al hombre, no puedo no recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo naufragio sucedido en Lampedusa. Me viene a la boca la palabra ¡vergüenza! Es una vergüenza. Recemos juntos a Dios por quienes han perdido la vida: hombres, mujeres, niños, por sus familiares y por todos los prófugos. Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan semejantes tragedias. Solo una decidida colaboración entre todos puede ayudar a prevenirlas”.

Ese mismo día, el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, que preside el cardenal Antonio Maria Vegliò, difundió un comunicado en el que expresaba el deseo de que “no nos acostumbremos al dolor de tantos hermanos y hermanas que emprenden los llamados viajes de la esperanza, sino que se afronten siempre mejor estos problemas, intentando ofrecer respuestas concretas”.

El Papa se encuentra con un niño en la residencia de Cáritas en Asís (EFE)

Un niño le da la bienvenida a la residencia de Cáritas

El Papa, por su parte, volvió a invocar la oración por las víctimas de Lampedusa, tanto en su visita a Asís como en el Angelus de ese domingo 6. En esas circunstancias, pidió a todos los presentes en la Plaza de San Pedro un minuto de oración por “las personas que han perdido la vida en Lampedusa”; petición que fue seguida por las decenas de miles de peregrinos.

Convocatoria sinodal para 2014

Por último, nos toca retomar la información sobre la reunión del consejo de cardenales, convocados por el Papa para poner en marcha una nueva forma de gobierno de la Iglesia universal, que llevará consigo una reforma del actual funcionamiento de la Curia romana. Como apuntamos anteriormente, la cita tuvo lugar del 1 al 3 de octubre.

Ya en su día, el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, nos había prevenido contra la decepción de la ausencia de noticias sorprendentes o de documentos conclusivos. Pero, aun en lo poco, hay medidas, y lo que hemos recibido como información ha sido verdaderamente escaso.

En un briefing con los informadores, el 2 de octubre, el director de la Sala de Prensa se limitó a confirmar cuanto ya había dicho anteriormente, añadiendo que uno de los temas tratados con mayor amplitud había sido el del Sínodo de los Obispos. Pareció percibirse una cierta urgencia en resolver las líneas de la reforma de esta institución, una vez que estaba previsto convocar una nueva sesión en 2014. De hecho, el martes 8 se haría oficial la convocatoria de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en Roma del 5 al 19 de octubre de 2014, y cuyo tema será Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.

El jesuita Lombardi también hizo alusión a la prevista “reforma de la Curia, siempre a la luz de su finalidad al servicio de la Iglesia universal”. Los informadores hemos sacado la impresión de que, a pesar de la opacidad informativa, las reuniones del grupo cardenalicio han sido fructíferas, pero, solo por ahora, exploratorias. Es deseable que, cuando vuelvan a reunirse, del 3 al 5 de diciembre, las ideas estén más claras y comencemos a hablar de decisiones.

En el nº 2.866 de Vida Nueva.

 

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