“Colombia no quiere más guerra”, solo construir juntos la paz

Rubén Salazar, cardenal de Bogotá, en el VI Congreso Nacional de Reconciliación en Colombia octubre 2013

El VI Congreso de Reconciliación reúne en Bogotá a más de 600 líderes sociales y eclesiales

Rubén Salazar, cardenal de Bogotá, en el VI Congreso Nacional de Reconciliación en Colombia octubre 2013

El cardenal Rubén Salazar (centro)

“Colombia no quiere más guerra”, solo construir juntos la paz [extracto]

ÓSCAR ELIZALDE (BOGOTÁ) | El 2 de octubre, un día antes de que se reanudaran los diálogos entre el Gobierno de Colombia y las FARC, en la 15ª ronda de conversaciones en La Habana, se clausuraba en Bogotá el VI Congreso Nacional de Reconciliación, promovido por el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Ese día, más de 600 líderes de organizaciones sociales y eclesiales, entre los que se encontraban decenas de religiosos, religiosas, sacerdotes y algunos obispos –como Omar Sánchez Cubillos (Tibú), Luis Augusto Castro Quiroga (Tunja) o Nel Beltrán (Sincelejo)– manifestaron que “¡Colombia no quiere más guerra, solo quiere y espera la paz!”.

A través de un breve pero muy sentido comunicado, hicieron cuatro llamados urgentes para que la construcción de la paz sea posible.

A la mesa negociadora de La Habana, le insistieron “avanzar en forma decidida y concretar las decisiones para poner fin al conflicto armado”, argumentando que “el pueblo colombiano clama por el fin de la violencia armada y la solución a la crisis humanitaria que sufre el país”.

Más concretos fueron con el Gobierno: “Que promueva la transformación de las prácticas políticas del país, asegurando cambios estructurales desde los principios propios del Estado social de Derecho, la superación de la inequidad, de la desigualdad entre regiones y de los niveles preocupantes de pobreza de millones de colombianos y colombianas, llevando a la construcción real de una sociedad más incluyente”.

A lo anterior, se añade la necesidad de asumir la histórica problemática del abandono del sector agrario, para “devolver la dignidad a las víctimas de la violencia y fortalecer los procesos de reparación integral y restitución, evitando la repetición de las causas que dieron origen al conflicto armado”.

A los miembros de las FARC, les exigieron “que se respete la vida, libertad e integridad de la población civil, sus líderes y organizaciones, dando cumplimiento a los mínimos establecidos por el Derecho Internacional Humanitario”.

Finalmente, a los diferentes actores sociales y políticos, tanto nacionales como internacionales, les pidieron “continuar rodeando y apoyando de forma permanente los actuales diálogos de paz” y no descansar “hasta lograr un resultado favorable que conduzca al fin del conflicto armado y su no repetición”.

Reparación integral de las víctimas

No era la primera vez que un grupo amplio y representativo de todas las regiones se reunía, convocado por el SNPS, para compartir sus experiencias sobre la paz. Desde hace años, estos congresos hacen parte de los itinerarios con los que la Iglesia apoya y acompaña procesos comunitarios que garanticen la defensa de la vida y la reconciliación, mediante la reparación eficaz e integral de las víctimas del conflicto.

Así lo reconoció el cardenal de Bogotá, Rubén Salazar, cuya ponencia se encuadró en la encíclica Pacem in terris, de Juan XXIII, en el 50º aniversario de su publicación. Para el purpurado, “Colombia necesita reconciliación para poder alcanzar la paz. Por eso este Congreso se ha propuesto plantear el tema de las ‘conversaciones para la paz’, no solo refiriéndose a las conversaciones de La Habana, sino también a la necesidad del diálogo permanente entre todos los estamentos de la sociedad, para que podamos reconciliarnos y alcanzar los puntos necesarios para construir la paz”.

Durante tres días, los participantes pudieron escuchar y ser escuchados. Con ello, explicó Héctor Fabio Henao, director del SNPS, se quiso “recuperar la voz de quienes han padecido el conflicto, para construir entre todos nuevos horizontes y salir del Congreso con una red más fortalecida”.

A esto apuntaron los testimonios e iniciativas compartidos, así como los vídeos, conferencias, foros, paneles y momentos de espiritualidad. “Entre unos pocos –concluyó Henao– no se construye una Colombia diferente, porque, más que un acuerdo, la paz es una construcción”.

En el nº 2.866 de Vida Nueva.

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