Daniel Izuzquiza: “Queremos que la voz de la Iglesia se escuche en su pluralidad”

Daniel Izuzquiza, SJ, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado

Director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado

Daniel Izuzquiza, SJ, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado

FRAN OTERO. Foto: LUIS MEDINA | El jesuita Daniel Izuzquiza, jefe de redacción de la revista Razón y Fe, emprende un nuevo proyecto, el Centro de Reflexión Alberto Hurtado. Una iniciativa de la Compañía de Jesús para abordar las cuestiones de la fe, la cultura y la justicia desde un punto de vista interdisciplinar –teología, psicología, sociología, derecho, migraciones, arte…– y multisectorial –universidad, ONGs, política, empresa, pastoral…–, y cuyo fin se resume en el acompañamiento de las personas, en el encuentro y el diálogo fronterizo con la cultura y las religiones y con la promoción de la justicia.

PREGUNTA.- ¿Es nuevo este centro?

RESPUESTA.- El centro es nuevo, aunque recoge toda una historia anterior, pues integra algunas iniciativas ya en marcha y con historia como el Foro Arrupe o el Aula Arrupe.

P.- ¿Por qué Alberto Hurtado?

R.- Es el santo jesuita más reciente. Es una figura apasionante, con una fuerza arrolladora. Fue capaz de combinar en su vida la fe, la cultura y la justicia de manera muy nítida. Fundó la revista Mensaje y el Hogar de Cristo, una entidad social comparable en España con Cáritas. Es un apóstol todoterreno y queremos inspirarnos en él.

P.- ¿Qué buscan?

R.- Queremos reflexionar sobre la fe, la cultura y la justicia y, en esta tarea, unificar fuerzas, crear sinergias de modo que nuestra voz se escuche y sea de utilidad. Tender un puente entre el mundo más reflexivo y el que está al pie de la calle; en este sentido, es muy importante la escucha y el diálogo.

P.- ¿Cuáles son las prioridades?

R.- En estos momentos, estamos en la fase de constituir el equipo del centro, que estará formado por cuatro teólogos de diferentes especialidades y por cuatro personas de las ciencias sociales. De ahí irán saliendo las prioridades: el hecho religioso en la vida pública, la crisis del estado del bienestar y la solidaridad o la cultura digital.

P.- ¿Han comenzado alguna actividad?

R.- Desde enero se viene celebrando un seminario sobre la crisis económica, para el que se ha invitado a distintas gentes del entorno de la Compañía de Jesús, mayoritariamente laicos, y cuya respuesta fue extraodrinaria. También participan representantes de Cáritas, Justicia y Paz… Es una ocasión para ofrecer un servicio a la Iglesia y una voz pública eclesial, de modo que la voz de la Iglesia se escuche en su pluralidad. Hay otros estilos y otros
subrayados que también son buenos. Ahora, tenemos en el horizonte dos actividades: la presentación de un libro sobre justicia restaurativa y una jornada sobre la reforma judicial.

P.- ¿Les ayuda que el Papa sea jesuita?

R.- Tenemos un mayor altavoz. De todas formas, también quiero decir que el pontificado es un ministerio de comunión y no de facciones. Sí es cierto que los jesuitas tenemos una parte de responsabilidad e intentaremos estar a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, el Papa pidió a las revistas jesuitas trabajar desde el diálogo, el discernimiento y la frontera. El Centro Alberto Hurtado intenta ser una respuesta, una ayuda, un granito de arena en la misión universal de la Iglesia.

P.- Por cierto, ¿cómo ha sido la experiencia de la entrevista de Francisco?

R.- Fue una experiencia de comunión muy interesante. Creo que es una entrevista preciosa, con muchísimo valor jesuítico e ignaciano, pero, cuando la leí, tuve dudas de que fuera a tener tanto impacto. Estaba equivocado. A nivel personal, fue una auténtica experiencia espiritual, porque pude saborear y cuidar la entrevista durante un tiempo y luego compartirla con los demás.

P.- Ha destacado la comunión…

R.- La entrevista nos la ha vuelto a poner sobre el tapete. Nuestro padre general, Adolfo Nicolás, ya nos había dicho que teníamos que ir en esta dirección, en trabajar cada vez más juntos y no solo compartir materiales. Esta experiencia, reconociendo que es excepcional, nos lo recuerda. Ante retos globales, es necesario articular modos globales de afrontarlos.

En el nº 2.866 de Vida Nueva

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