La Vida Religiosa reflexiona sobre sus vínculos y su madurez afectiva

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Con la participación de 103 religiosas y religiosos de 48 congregaciones, la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) realizó en Bogotá, del 16 al 20 de septiembre, la Semana nacional para formadores y superiores de la Vida Religiosa colombiana, que este año apuntó hacia “la transformación de nuestras relaciones en el seguimiento de Jesús; los vínculos y la madurez afectiva en el camino de la fe”.

En las jornadas de la mañana, el padre Federico Carrasquilla hizo una lectura de fe del papel protagónico de Jesús en la formación de sus discípulos, comentando también el sentido y la importancia del Maestro como modelo de formador o formadora. En este sentido, planteó Carrasquilla, aunque Jesús no está exento de relaciones conflictivas, invita a sus discípulos y discípulas a colaborar en la construcción de una sociedad nueva: el Reino de Dios. Otro de los puntos señalados por el sacerdote antioqueño tuvo que ver con los desafíos del Concilio Vaticano II para los formadores y superiores mayores, así como la profundización de la dimensión sicológica y del aporte liberador de Jesús en el proceso de acompañamiento.

Por su parte la doctora Sofía Uribe Arbeláez abordó los vínculos y la madurez afectiva en el camino de la fe, al tiempo que propuso algunos modelos para pensar la formación a partir de los tipos de vínculos que ofrece la perspectiva psicoanalítica. También enfatizó el ser y quehacer del formador y del formando, resaltando la importancia de saber acompañar para descubrir las fortalezas y los puntos ciegos que emergen en el proceso. “Los formadores son maestros de técnicas para formar; a su vez, insistió la Dra. Uribe, es necesario crear al interior de las comunidades la cultura del feedback, donde prime el respeto de las formas de comunicación y de los conductos que se han establecido previamente”. Así mismo, invitó a tomar conciencia de la necesidad de tener contacto y relación con las familias, “ya que el formando trae los modelos vinculares de su vida familiar y hay que ir allá para conocer sus realidades y entender sus deseos e ilusiones”.

Entre los temas abordados, también se plantearon asuntos como el posicionamiento entre pares, el posicionamiento en los apostolados, la lectura sociológica y la lectura de sí, las amistades por fuera de la comunidad y las relaciones amorosas. En fin, fue una semana de reflexión y formación, acompañada y animada por la comisión de formación de la CRC, que, como todos los años, ofreció elementos actuales para apoyar a quienes tienen por tarea el difícil arte de formar.

TEXTO: HÉCTOR LIZARAZO. FOTO: CRC

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