Walter Kasper: “Asia es el gran reto para la Iglesia”

cardenal Walter Kasper con el decano José Antonio Badiola en la inauguración del curso 2013 Facultad de Teología del Norte de España

VN entrevista al cardenal, que ha inaugurado el curso en la Facultad de Teología del Norte de España

cardenal Walter Kasper con el decano José Antonio Badiola en la inauguración del curso 2013 Facultad de Teología del Norte de España

El decano Badiola y el cardenal Kasper

Texto y foto: VICENTE L. GARCÍA (VITORIA) | El cardenal Walter Kasper fue invitado por la Facultad de Teología del Norte de España, en su sede de Vitoria, a impartir la lección inaugural del presente curso el pasado 27 de septiembre. El cardenal aprovechó su primera visita al País Vasco para recorrer algunos lugares y conocer, acompañado por el decano de la Facultad, José Antonio Badiola, y el rector del Seminario, Luis María Goikoetxea, las obras de rehabilitación de la catedral vieja de Santa María, en la capital alavesa, que se espera recupere el culto para finales de este año. Con motivo de su estancia en la capital vasca, atendió a Vida Nueva en una entrevista que giró en torno al papa Francisco y al diálogo interreligioso.

PREGUNTA.- ¿Por dónde pasa el futuro de la convivencia interreligiosa?

RESPUESTA.- Asia es el gran reto del próximo milenio. Esto se lo he escuchado muchas veces al papa Juan Pablo II. Asia es un continente emergente en los campos de la política y la economía, y en lo religioso es la tierra de grandes religiones como el budismo, el hinduismo, el taoísmo… Cabe la esperanza de que, si China se abre, pueda suceder cualquier cosa. Es cierto que la situación allí es muy difícil. Desde la llegada del comunismo al poder en 1949, el número de los católicos, entre la Iglesia popular y la Iglesia clandestina fiel a Roma en su conjunto, se ha cuadruplicado hasta los actuales 12 millones, el 1% de la población. Corea del Sur es un ejemplo claro de que la semilla del Evangelio puede caer en tierra buena; en un país marcado por una antigua tradición asiática y que es, a su vez, muy desarrollado técnicamente. De modo que se tiene la esperanza de que en China, como antes sucedió en Corea del Sur, la sangre de tantos mártires venga a ser semilla de nuevos cristianos

P.- En cuanto a Francisco, ¿qué novedades aporta a la Iglesia?

R.- Francisco está muy a favor de la sinodalidad de la Iglesia, y esto es muy importante. Quiere contar con la voz de obispos y cardenales en sus decisiones; aunque la tradición antigua de la Iglesia es medieval, no debe haber contradicción entre papado y sinodalidad. Esta última viene a complementar su papado.

P.- Entre sus primeras intervenciones, hizo referencia a un libro suyo que había leído en los días previos a su elección como pontífice. ¿Qué cita destacaría de las palabras que ha pronunciado Francisco hasta el momento?

R.- Francisco ha dicho muchas e importantes palabras. No obstante, destacaría esa idea de una Iglesia pobre y para los pobres, y también una Iglesia misericordiosa, con esa imagen tan hermosa del ‘hospital de campaña’. Hay mucha gente herida, de muy diversas maneras. En ese contexto, la Iglesia debe estar muy preocupada por las periferias de la existencia humana.

 

Análisis de la situación

La intervención de Kasper en Vitoria, titulada La situación actual de la Iglesia católica, dejó algunos titulares interesantes, apoyados por las cifras del Anuario Pontificio: “Vivimos un cambio de época, de una Iglesia eurocéntrica a una Iglesia universal, global. (…) No están naciendo nuevas Iglesias, sino Iglesias jóvenes, que dan a la anciana madre un rostro joven”.

En su opinión, la elección de Francisco, y todos sus gestos y palabras, ha hecho evidente “esta universalidad y juventud”. Tras apuntar el secularismo y la persecución religiosa contra los cristianos en algunos lugares como principales retos en la sociedad actual, dijo que la respuesta debe ser la nueva evangelización. En este sentido, señaló que la Iglesia está “para servir, por encima de todas las barreras nacionales y culturales, a la unión y la paz de la humanidad”.

El análisis de Walter Kasper concluyó con una referencia esperanzadora: “La Iglesia no está en crisis hoy por primera vez; lo está desde su mismo nacimiento y siempre lo estará. Pero cada crisis puede convertirse en crisis de crecimiento, en tiempo de gracia. En este sentido, la Iglesia católica se encuentra hoy, con muchos dolores de parto, ante una nueva época”.

En el nº 2.865 de Vida Nueva

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