Se instituye el consejo de cardenales que ayudará al Papa en el gobierno de la Iglesia

papa Francisco y los ocho cardenales que forman parte del consejo asesor para gobernar el Vaticano y reformar la Curia

Será una estructura consultiva y “sin fecha de caducidad”

papa Francisco y los ocho cardenales que forman parte del consejo asesor para gobernar el Vaticano y reformar la Curia

M. GÓMEZ | A partir de mañana martes 1 de octubre y hasta el jueves 3, se reúne en Roma el papa Francisco con el consejo de cardenales que le va a ayudar en el gobierno de la Iglesia y la reforma de la Curia. ‘Consejo de cardenales’ es el nombre de este comité, compuesto en la actualidad por ocho purpurados, aunque no hay límite en el número de componentes, según ha explicado esta mañana el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi. Tampoco habrá, ha aclarado el jesuita, un comunicado final, pues la reunión se plantea como un comienzo.

Lombardi ha comparecido hoy ante los periodistas para informar sobre la naturaleza y preparación y duración de este encuentro. Es la primera vez que Francisco se reúne con el consejo de cardenales, una figura reclamada por el Colegio Cardenalicio, durante las congregaciones generales previas al cónclave que se celebró en marzo tras la renuncia de Benedicto XVI.

El papa Francisco ha instituido el consejo de cardenales a través de un quirógrafo (documento escrito de su puño y letra) que deja un tanto abierta su configuración, tanto en el número de miembros como en la forma de la consulta. Así, si bien de momento tiene ocho miembros, el número puede variar en un futuro. Y además el Papa podrá dirigirse a ellos como consejo o de forma particular.

Los ocho cardenales designados por Francisco para esta responsabilidad son: Giuseppe Bertello, presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano –encargado de la gestión del Estado–; Francisco Javier Errázuriz, Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile; Oswald Gracias, arzobispo de Bombay; Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising; Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (R.D. del Congo); Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston; George Pell, arzobispo de Sydney; y Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa. El obispo de Albano, Marcello Semeraro, es el secretario del consejo. [Quién es quién en el consejo de cardenales]

“El Papa es quien decide”

Los cardenales se alojan en la residencia de Santa Marta y se reunirán durante estos tres días en la biblioteca privada del apartamento papal del Palacio Apostólico, en sesiones por la mañana y por la tarde.

Los miembros del consejo llevan varios meses recogiendo sugerencias y propuestas en sus respectivas áreas de competencia, y también el Papa ha recibido otras contribuciones de cara a esta reunión, como la opinión de los jefes de dicasterio, la Secretaría de Estado y el colegio cardenalicio. Según Lombardi, “el consejo tiene ya 80 documentos que han circulado entre ellos, y el secretario, el obispo Semeraro, ha preparado una amplia síntesis”.

No obstante, las conversaciones serán privadas, y por tanto no habrá documento final ni otro tipo de comunicado, pues se considera que este encuentro es un comienzo, y no se espera que haya decisiones finales.

Lo que sí se subrayó es que se trata de una estructura de carácter consultivo, es decir, “el consejo aconseja; el que decide es el Papa”, en palabras del portavoz vaticano. “No se trata de un gobierno colegial, el Papa no está condicionado por nada en el ejercicio de su autoridad. Se trata de una nueva forma de consulta, que enriquece el gobierno de la Iglesia pero no sustituye la autoridad del Papa”, insistió. El consejo tampoco está en relación con otras instituciones de la Iglesia.

Las cuentas del IOR

Por otra parte, la Santa Sede ha confirmado que a partir de mañana, martes 1, estará disponible por primera vez las cuentas anuales del IOR (Instituto para las Obras de Religión) un documento de 100 páginas que podrá descargarse desde las 8:00 h. en la web www.ior.va.

La publicación de este balance responde a un deseo de mayor transparencia por parte del siempre polémico banco vaticano.

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