Los líderes cristianos claman a Obama por la paz en Siria

Timothy Dolan, cardenal arzobispo de Nueva York

Representantes de distintas confesiones median ante el mandatario estadounidense

Timothy Dolan, cardenal arzobispo de Nueva York

El cardenal estadounidense Dolan

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Aunque semanas atrás parecía que una intervención militar exterior era inminente en Siria, la situación está hoy en punto muerto. Así, a la inicial renuncia del Parlamento británico a apoyar un bombardeo selectivo para castigar al Gobierno de Bashar al-Assad (presunto autor de ataques con gas sarín contra la población), pronto se unió el fuerte debate en los otros dos países que más se habían movilizado en este sentido: Francia y, sobre todo, los Estados Unidos, donde ha causado controversia el que el presidente Obama y su homólogo ruso, Vladimir Putin, hayan alcanzado finalmente un acuerdo por el que ofrecen un ultimátum a las autoridades sirias para que den a conocer todo su armamento químico y se comprometan a deshacerse de él.

A este cambio de contexto ha contribuido en gran parte la conjunción de un fuerte movimiento internacional por la paz. Al clamor del papa Francisco, que ha movilizado en estas semanas todos los resortes de la diplomacia vaticana, se ha unido la voz decidida de numerosos líderes de otras religiones y confesiones cristianas, que no han dudado en dirigirse personalmente al presidente estadounidense.

Empezando por su propio país, donde el cardenal de Nueva York y presidente del Episcopado, Timothy Dolan, y el obispo de Des Moines y presidente del Comité Internacional Justicia y Paz, Richard Pates, han escrito una carta a Obama en la que, además de reconocer lo “complejo” de la situación y agradecer su tratamiento en el Parlamento, le demandan que escuche el clamor de los cristianos sirios: “Como uno solo, ellos imploran a la comunidad internacional que no se intervenga militarmente. Han dejado muy claro que un ataque militar sería contraproducente, exacerbaría una situación ya devastadora y tendría consecuencias negativas inesperadas”.

De ahí que, concluyen, lo urgente es “una solución política” que debería aspirar a “un alto el fuego” que diera lugar a “negociaciones serias” y, al final, a “una sociedad en Siria que incluya a todos”.bombardeos en Siria

A esa llamada se ha unido el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, quien ha hecho llegar otra misiva a Obama en la que testimonia cómo la violencia no resuelve conflictos: “La Iglesia ortodoxa rusa conoce el precio del sufrimiento y la pérdida de vidas, después de que nuestro pueblo, en el siglo pasado, haya sobrevivido a dos guerras mundiales devastadoras que han causado millones de muertos”.

Frente a ello, le ruega que escuche “las voces de los líderes religiosos, que, de forma unánime, se oponen a cualquier intervención militar”. Y es que, además de la dimensión moral de la guerra, considera que se acabaría perjudicando gravemente a los cristianos, que “terminarían bajo la amenaza de exterminio o el exilio en masa”, presos de un contexto del que se apoderarían los grupos islamistas que hoy batallan en Siria.

Apuesta única por la diplomacia

Desde Líbano, el Consejo de Obispos Maronitas, presidido por el cardenal y patriarca Béchara Boutros Raï, ha publicado un mensaje donde llaman “a la concienciación de los peligros graves y serias consecuencias que pueden resultar de las intervenciones armadas en los países de la región”. De ahí que exijan como única vía “la diplomacia, el diálogo y la negociación”, en busca de “una paz justa y global”.

Otro que ha optado por dirigirse al presidente de los Estados Unidos es el patriarca melquita (greco-católico) de Damasco. En declaraciones a Fides, Gregorio III es claro: “La grandeza de un líder es la de buscar la paz y hacer la paz, no la de hacer la guerra y crear destrucción. Una superpotencia es tal solo si se trata de una potencia pacificadora”. Así, le reclama que se guíe por la “lógica de los sabios” y evite una acción bélica cuyas consecuencias son impredecibles: “Siria está totalmente conectada con los países vecinos. Y, si se quema un árbol en un bosque, todo el bosque se quema”.

El menos diplomático de los que se han dirigido a Obama ha sido el arzobispo siro-católico de Hassaké-Nisibi, Benham Hindo: “Es por la paz que me dirijo a usted, nuestra paz. Es contra la guerra que le escribo, vuestra guerra”. Y es que, como recalca, sus deseos de paz “ahora están en las manos de un Premio Nobel de la Paz”.

En el nº 2.863 de Vida Nueva.

 

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