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Autonomía moral


Una obra de José Manuel Caamaño López (San Pablo-Universidad Pontificia Comillas, 2013). La recensión es de Marciano Vidal

Autonomía moral, libro de José Manuel Caamaño López, San Pablo-Universidad Pontificia Comillas

Título: Autonomía moral. El ser y la identidad de la Teología moral

Autor: José Manuel Caamaño López

Editorial: San Pablo-Universidad Pontificia Comillas, 2013

Ciudad: Madrid

Páginas: 455

MARCIANO VIDAL | El libro viene avalado tanto por la presentación de J. L. Martínez, rector de Comillas, como por la inserción en la digna colección de estudios teológicos patrocinada por dicha universidad y editada por la benemérita editorial San Pablo. Estos avales no suplen sino que expresan la valía de la obra.

Se trata de un serio estudio académico sobre un concepto clave de la teoría ética moderna y sobre su recepción por parte de la Teología Moral católica. Inicialmente concebido para analizar uno de los principios de bioética, el autor amplió el horizonte para estudiar la autonomía en cuanto principio básico de toda la teoría ética, también del discurso ético-teológico.

Dejando aparte excursos y aplicaciones de gran interés, la reflexión se concentra en dos objetivos, entendidos de forma convergente. El primero consiste en analizar la categoría de autonomía en la teoría ética moderna. El segundo se centra en revisar la bibliografía teológico-moral que, en la etapa posconciliar, discutió la validez de esa categoría para justificar un discurso teológico-moral coherente con las exigencias de la Modernidad.

Para el estudio de la categoría de autonomía moral, se acude a una amplia representación de filósofos. Por motivos de espacio y por razones objetivas, la mirada se concentra en dos: Descartes y Kant. Creo que la elección ha sido lúcida. El primero inicia la Ilustración filosófica y el segundo la culmina; el primero tiene la brillantez expresiva y conceptual del espíritu francés y el segundo la ponderosidad argumentativa del pensamiento alemán; el primero inicia el camino de la racionalidad y de la subjetividad y el segundo abre la vía de la criticidad y de la trascendentalidad.

Mediante la convergencia de ambas aproximaciones, se obtiene una idea sumamente rica y muy exacta de lo que representa la autonomía moral en la Ilustración europea de los siglos XVII-XVIII. Es de advertir que, en los dos casos, se destaca la posible apertura de la autonomía racional a la religión (teonomía).

En el análisis de Descartes, el autor tiende a ser magnánimo. Le concede, además de haber abierto el camino moderno de la racionalidad y de la subjetividad, la afirmación de esas dos orientaciones en clave de autonomía moral, expresión que difícilmente se encontrará en los escritos cartesianos. En cuestiones de ética, Descartes mantuvo “provisionalmente” la tradición mientras reconstruía el edificio teórico.

El autor se sitúa en las interpretaciones más actuales que subrayan la presencia de la religión tanto en la vida como en el pensamiento de Descartes; lleva esa interpretación más adelante al concederle la apertura de la ética a la religión. No podía faltar la alusión a la huella jesuítica en la formación de Descartes, que el autor interpreta para apoyar la apertura religiosa del pensamiento cartesiano; otros, en cambio, han visto en ella la explicación de la actitud cauta del alumno de La Flèche.

Apertura a la teonomía

El estudio de la autonomía moral en Kant es conducido de forma clara, profunda y segura. Al filósofo de Königsberg le corresponde esa categoría filosófica y esa opción de la teoría ética. En cuanto a la apertura de la autonomía a la teonomía, el autor se sirve de los textos del propio Kant sobre la religión. El recientemente desaparecido J. Gómez Caffarena, a quien tanto debemos sobre la asimilación del pensamiento kantiano en la cultura católica española, prefería “depurar” el concepto mismo de autonomía kantiana para abrirlo a la teonomía.

Un poco más de la mitad del libro se dedica a la recepción de la categoría de autonomía en el pensamiento teológico-moral católico reciente. El análisis se abre a una notable amplitud de autores y textos. El autor reconoce que la “autonomía” afirmada por el Concilio Vaticano II es de carácter ontológico, aunque tiene implicaciones éticas.

La recepción de la autonomía en la Teología Moral católica se verificó paradigmáticamente en la moral fundamental de F. Böckle. El autor magnifica el significado autónomo de la propuesta de A. Auer de una moral “en el contexto de la fe” y de la orientación de J. Fuchs en clave de distinción entre “trascendental” y “categorial”. Se agradece que haya tenido en cuenta la producción teológico-moral en español, analizando más detenidamente la posición de M. Vidal.

Las posturas contra-renovadoras están bien expuestas. También se analiza correctamente la doctrina del Magisterio eclesiástico, sobre todo en la encíclica Veritatis splendor. Le sugiero al autor que no se sorprenda de que yo siga manteniendo que los textos de dicha encíclica sobre la “teonomía participada” son de los más lúcidos, ya que afirman tanto la teonomía como la autonomía.

Creo que el autor se decanta a favor de que el discurso teológico-moral asuma la categoría de autonomía. En esto coincide con un reciente proyecto de la Gregoriana de revisar la postura de la Iglesia frente a la Ilustración filosófica y de asumir las válidas innovaciones de esta: L’uomo moderno e la Chiesa (2012).

Me ha proporcionado una gran alegría leer el libro del joven moralista José Manuel Caamaño, conocido no solo en el ámbito de su tierra gallega sino también en los ambientes bioéticos y teológico-morales de España y de Europa. Siendo ya una realidad, es de cara al futuro una gran promesa.

En su persona quiero ver cumplidas tres grandes aspiraciones. La primera, que no se convierta la moral católica en una mera repetición de las fórmulas del Catecismo. La segunda, que la producción teológico-moral escrita en las lenguas españolas no desmerezca entre las mejores del mundo católico. La tercera, que las posturas de contra-renovación moral no sean las únicas existentes en nuestro panorama eclesial.

En el nº 2.863 de Vida Nueva.

Actualizado
19/09/2013 | 19:37
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