Francisco a los religiosos: “Los conventos vacíos no son nuestros, son para los refugiados”

papa Francisco reza ante la tumba de Pedro Arrupe 10 septiembre 2013

En su visita al Centro Astalli de Roma, el Papa invita a “servir, acompañar y defender”

papa Francisco visita a refugiados en el Centro Astalli de Roma 10 septiembre 2013

M. GÓMEZ | El martes 10 de septiembre, el papa Francisco visitó el Centro Astalli de Roma (el Servicio Jesuita a Refugiados en Italia), donde saludó a huéspedes, voluntarios y simpatizantes, unas 500 personas, aproximadamente, ante las que el Pontífice pronunció una de esas frases redondas que, como tantas otras, ya no se olvidarán: “Los conventos vacíos no son nuestros. Son para la carne de Cristo, que son los refugiados“.

Después de que dos de los residentes, Adam y Carol, narraran su testimonio, el Papa aseguró que “cada uno de vosotros lleva sobre todo a una riqueza humana y religiosa, una riqueza de acoger, no de temer”.

El propio Francisco recordó una visita similar a esta, como fue la que hizo a Lampedusa el pasado mes de julio, donde se encontró con inmigrantes ilegales. “Roma debe ser –indicó– la ciudad que permita encontrar una dimensión humana”, y en este punto agradeció la labor del Centro y de otros servicios, eclesiales, públicos y privados, y también a los trabajadores, voluntarios y benefactores, por acoger a los refugiados y “mostrar que, con la acogida y la fraternidad, se puede abrir una ventana al futuro; más que una ventana, una puerta”.

“Es bonito que, trabajando para los refugiados, junto con los jesuitas, haya hombres y mujeres cristianos y también no creyentes o de otras religiones, unidos en el nombre del bien común, que para nosotros los cristianos es especialmente el amor del Padre en Cristo Jesús”. “¡No hay que tener miedo a la diferencia, vivamos la fraternidad!”, había dicho un poco antes.

Y luego subrayó los tres pilares del programa de trabajo de los jesuitas y sus colaboradores: “Servir, acompañar y defender”.

papa Francisco visita a refugiados en el Centro Astalli de Roma 10 septiembre 2013

“Los pobres son maestros privilegiados”

Francisco no dudó en poner en valor a los pobres, que son “maestros privilegiados de nuestro conocimiento de Dios: su fragilidad y simplicidad desenmascaran nuestro egoísmo, nuestra falsa seguridad, nuestra pretensión de autosuficiencia, y nos conducen a la experiencia de la vecindad y la ternura de Dios, a recibir en nuestra vida su amor y misericordia”.

En esta línea, subrayó también: “Cuántas veces no sabemos o no queremos dar voz a la voz que, como vosotros, ha sufrido y sufre, a quien ha visto pisoteados sus propios derechos, a quien ha vivido tanta violencia que ha sofocado el deseo de justicia. Para toda la Iglesia es importante que la acogida del pobre y la promoción de la justicia no se confíen solo a los ‘especialistas’, sino a una atención de toda la pastoral, de la formación de los futuros sacerdotes y religiosas, del empeño de toda las parroquias, movimientos y asociaciones eclesiales”.

papa Francisco reza ante la tumba de Pedro Arrupe 10 septiembre 2013

Francisco, ante la tumba del P. Arrupe

Mensaje a los religiosos

Fue en este punto, hacia el final de su discurso, cuando se dirigió concretamente a los Institutos religiosos para que lea “con seriedad y responsabilidad este signo de los tiempos”: “Queridos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarla en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. El Señor llama a vivir con más coraje y generosidad la acogida en la comunidad, en las casas, en los conventos vacíos…”.

E invitó a “superar la tentación de la mundanidad espiritual para estar cercanos sobre todo a los últimos. (…) Necesitamos comunidades solidarias que vivan el amor de manera concreta!”.

Al terminar la visita, el Papa entró en la Iglesia del Gesù, anexa al Centro, y rezó ante la tumba de Pedro Arrupe, que fue prepósito general de la Compañía de Jesús y fundó el Servicio Jesuita al Refugiado.

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