Sobrevivir al paro

Servicios de escucha de instituciones de Iglesia ayudan a compartir la carga de los desempleados

pintada de protesta en una oficina de empleo

JOSÉ LUIS PALACIOS | ¿Quién o qué puede devolver la esperanza a esa legión de familias angustiadas por el paro, la falta de ingresos y las muchas amenazas que pesan sobre sus vidas? Ellos no pueden volver estos días a la “rutina” del trabajo. Afortunadamente, su capacidad de resistencia para no tirar la toalla aumenta cuando encuentran oídos atentos al sufrimiento y corazones prestos a compartir la carga, como los que hay en tantas instituciones de la Iglesia.

Pasado el repunte en la contratación de cada verano, el otoño no se presenta muy halagüeño. Son seis millones de personas paradas y más de 600.000 familias sin ingresos quienes afrontan un curso especialmente complicado, dada la extenuación del colchón familiar y los servicios sociales.

A la preocupación ante la amenaza de perder el bienestar alcanzado y no poder hacer frente a los infortunios, hay que sumar la pérdida de autoestima y de prestigio social asociada al puesto de trabajo, lo que puede derivar, en algunos casos, en falta de sentido vital.

Fernando Prieto, tras haber sido despedido de la empresa de vigilancia y seguridad en la que estuvo trabajando 29 años. Tiene familia, amigos, sigue colaborando con su sindicato y participa en el Foro Parados en Acción, de la Delegación Episcopal de Pastoral del Trabajo de Madrid. Aun así, confiesa: “Muchos días no puedo evitar sentirme negativo… No me parece justo el pago recibido, pero luego reacciono y me digo que es el precio que debemos pagar para dar este testimonio a los compañeros”.

Él es una de las doce personas que pasaron el curso anterior por la Delegación de Pastoral del Trabajo. Se trata de un espacio para sentirse escuchado, porque “solo otra persona en tu misma situación puede comprender con exactitud lo que está pasando uno”, en palabras de Fernando Prieto, que además es miembro de la HOAC.

Grupos de autoayuda

El responsable de Empleo de Cáritas España, Félix Miguel Sánchez, apuesta por la creación de grupos de autoayuda entre desempleados. En algunos puntos de esta extensa red de la organización humanitaria de la Iglesia ya existen, especialmente para descubrir cómo preparar las entrevistas de trabajo y mantener la tensión en la búsqueda de empleo.

La ventaja de esta forma de encarar la situación es obvia: “Hace mucho frío fuera y la compañía da mucho calor. Sabemos que la búsqueda de empleo es una tarea individual, pero cuando todos los días recibes una negativa, si te encuentras solo, resulta más difícil mantenerte activo”, explica Sánchez, quien detalla que, sobre todo en los cursos de formación, se intenta generar una dinámica colectiva y un sentido de grupo, porque “ayuda a mantener a las personas a flote” y porque “aporta la socialización que normalmente acarrea tener un puesto de trabajo”.

Todos los testimonios de parados, y de voluntarios y responsables de diversos servicios de escucha en instituciones de la Iglesia, en el reportaje completo, disponible solo para suscriptores

En el nº 2.861 de Vida Nueva.

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