“¡Armen lío…!”, mensaje del Papa a los jóvenes en Brasil

ilustración de Jaime Díz para artículo de Juan Rubio Armen lío JMJ Río 2013 2859

ilustración de Jaime Díz para artículo de Juan Rubio Armen lío JMJ Río 2013 2859

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | La JMJ-2013 en Brasil ha concluido con el éxito esperado de participación. Las condiciones climatológicas hicieron variar algunos detalles en la organización, pero como sucedió en Cuatro Vientos, en Madrid, en agosto de 2011, no se puede luchar contra los elementos.

Todo salió según el guión y Río de Janeiro se ha puesto a prueba para los Mundiales de Fútbol y los Juegos Olímpicos, que habrán de considerar que en Brasil convergen, en su riqueza multicultural, muchos aspectos metidos en los tuétanos de su propia cultura, y con los que hay que contar una vez que se ha optado por esta ciudad viva como sede de eventos internacionales. “¡Es tan pobre en su riqueza!”. En el corazón de su belleza está también su carencia.

Ha sido el primer viaje internacional del papa Francisco. Y aquí hay que detenerse, para no pasar por las ascuas y las bambalinas de la fiesta con la imagen de la playa de Copacabana vacía. Había curiosidad por el contenido de los discursos y la agenda en el periplo brasileño papal.

Y, leyendo sus discursos y viendo cuánto ha hecho, se ha empezado a apuntar el cambio geoestratégico que Francisco quiere dar a la Iglesia, atisbado ya entre las causas de su sorpresiva elección en marzo y que supondría un giro relevante: ayudar a romper el muro que se levanta entre países ricos del Norte y pobres del Sur, un cambio geoestratégico de profundo calado en la misma historia de la Iglesia, un giro necesario y urgente y que será, sin lugar a duda, uno de los grandes aciertos de este pontificado.

Un giro que aleje a la Iglesia de la tentación de poder temporal, de cualquier tipo de poder, ya sea en las opciones de izquierda o de las conservadoras. Más allá de la tentación constante de intervenir en el poder político, se opta por una cercanía que aliente a las víctimas de las ideologías mercantilistas que vienen asolando a la humanidad.

Se ha empezado a apuntar el cambio geoestratégico
que Francisco quiere dar a la Iglesia:
ayudar a romper el muro que se levanta
entre países ricos del Norte y pobres del Sur,
un giro necesario y urgente y que será
uno de los grandes aciertos de este pontificado.

La Iglesia –ha repetido Francisco por activa y pasiva estos días– ha de situarse junto a la humanidad herida y lacerada por los poderosos, ayudándole a levantarse de entre los escombros en donde la han metido las nuevas guerras desatadas virulentamente en la gran crisis mundial propiciada por los amos del dinero. Los discursos del papa en Brasil hay que leerlos desde esta clave, desde este cambio geoestratégico de la Iglesia en el mundo de hoy.

Es hora de acompañar a las víctimas de una sociedad enfrentada por nuevas ideologías que han dejado un rastro de afectados colaterales cada vez mayor. Su misión está hoy más en atender a las víctimas que en la participación directa en los núcleos de poder. La visita del Papa a una favela, o a los jóvenes presos en la cárcel o al centro de drogodependencias son magníficas parábolas de cuanto Francisco ha querido decir en Brasil a la Iglesia universal. Una relectura de sus textos desde esta clave, y especialmente dirigida a jóvenes en un evento para ellos, es muy importante, pues muchas veces son ellos las primeras víctimas de esta situación tan delicada.

Pocas sorpresas en el estilo. Lo novedoso hubiera sido que en este viaje no se hubieran repetido los gestos y las claves de cómo entiende él el ministerio petrino. A quienes andan susurrando que a los gestos debiera acompañarle un fondo doctrinal y teológico, el Papa les responde con más gestos, que son el exponente de la doctrina más sana y siempre con referencias a los textos evangélicos.

Es verdad que en estos eventos, con una gran repercusión mediática, los gestos sirven para que los no creyentes puedan conocer más el “estilo Francisco”, pero al interior de la Iglesia ya no debiera sorprender este estilo, ni mejor ni peor que el de sus antecesores, pero nuevo al fin y al cabo (todos recordamos los primeros viajes de Juan Pablo II antes de que los círculos de poder entraran a saco en su pontificado, dejando secuelas que aún pesan en su memoria).

El estilo está también en las prioridades manifestadas
en el fondo de sus discursos.
Discursos desde el núcleo y desde lo esencial.
Frases positivas y mucho Evangelio en las citas.
Los jóvenes necesitan más de la palabra viva
del Evangelio que de otra cosa.

El estilo está también en las prioridades manifestadas en el fondo de sus discursos, llenos de energía y con fuertes ganchos en el lenguaje. Discursos desde el núcleo y desde lo esencial. Frases positivas y mucho Evangelio en las citas. Los textos del Evangelio, a cada instante. Los jóvenes necesitan más de la palabra viva del Evangelio que de otra cosa.

Pero, sin duda, también ha calado la cercanía y acento en los jóvenes que sufren por alguna causa, como es la falta de trabajo, la droga, la cárcel, la enfermedad o las situaciones de injusticia clamorosa. Y les ha pedido que no se queden parados ante las situaciones a las que les esté llevando esta sociedad sin alma y sin escrúpulos.

Les ha pedido que se muestren indignados… “¡Armen lío…!”, les ha dicho a los jóvenes argentinos reunidos para que lo oigan los jóvenes de todo el mundo. Y también los muchos jóvenes brasileños indignados que en los días previos a la visita papal habían gritado un basta ya clamoroso, extendiéndose como la pólvora a todos los jóvenes del mundo indignados para que nadie les arrebate el futuro.

Es un estilo nuevo que ha provocado no pocos problemas en los equipos de seguridad. El mismo Papa tuvo que pedir disculpas por no poder acercarse más a la gente. Se teme por cualquier tipo de atentado. Y ningún país quiere cargar con un hecho así en su historia. Las continuas advertencias al Papa para que respetara el protocolo de seguridad será motivo de reflexión para futuros formatos de viaje: menos multitudinarios, más pastorales y de cercanía, bien distintos a los que hasta ahora se han realizado.

Contemplando la mirada del Papa en estas jornadas,
he acertado a ver a alguien con un eje interior,
con una certeza que le nace de adentro
y que se aprecia a la hondura de sus convicciones.
Eso también lo ha transmitido.

Veremos muchos más, cuando en sucesivos viajes el propio Papa tome las riendas de las agendas. Hasta ahora no ha podido ser. Los formatos de la JMJ ya estaban hechos para el propio Ratzinger, a quien tampoco agradaba mucho esta masificación. No iba con él, pero asumió el papel. Los formatos de la JMJ estaban hechos para Wojtyla, que les sacaba su buen jugo, pero eran a su estilo.

Ha sido esta una JMJ en la que el Papa ha querido marcar un nuevo ritmo a la Iglesia. Y hay algo importante. Me he detenido mucho estos días en ello. Contemplando la mirada del Papa en estas jornadas, he acertado a ver a alguien con un eje interior, con una certeza que le nace de adentro y que se aprecia a la hondura de sus convicciones. Eso también lo ha transmitido. La fuerza joven a muchos jóvenes ya envejecidos.

Bergoglio sabe lo que quiere porque sabe en donde está el centro de todo. Y a él se ha unido de forma extraordinariamente bella.

En el nº 2.859 de Vida Nueva

 

ESPECIAL JMJ RÍO 2013

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