Juventud e Iglesia Brasilera

P. Vitor Hugo Mendes. Secretario Ejecutivo de Cultura y Educación del CELAM

Significativa y numerosa la participación de los jóvenes en las recientes manifestaciones públicas de la nación brasilera. Logró llamar la atención del Brasil y no pasó desapercibida en el mundo entero. Movilizados en pro de la ciudadanía, reivindicando derechos de transporte, salud y educación, dignidad y calidad de vida, etc., ese gran movimiento que salió a las calles de innumerables capitales y ciudades del país, tuvo un destacado protagonismo juvenil. Como voces que son de la sociedad democrática del presente, la juventud parece señalar pautas para un futuro que ya empezó. No se trata solo de participar de la política, sino de definir un estilo de política participativa. Todo esto es, sin duda, un fenómeno bastante especial que coincide con la preparación y realización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Esa masiva expresividad de los jóvenes identificada en las calles tiene también su correspondiente perfil estadístico. Segundo el censo del año 2000, la población joven de Brasil –entre 15 y 24 años–, era de cerca de 33 millones, lo que correspondía a 21% de la población total. Se destaca el hecho de que una gran mayoría se encuentra viviendo en las áreas urbanas (80%). En términos religiosos, 73,6% de los jóvenes se declararan católicos; 14,2% evangélicos; 9,3% sin religión, un porcentaje alto considerando que el conjunto de población que se declara sin religión es de 7,4%.

Estos números que dibujan un rostro aproximado de la juventud brasileña, presenta un contorno que también demarca uno de los grandes desafíos para la Iglesia católica y para la evangelización. Con un largo camino de movimientos juveniles, los numerosos grupos de jóvenes de Brasil poco a poco se han movilizado en perspectiva de una comprometida propuesta de Pastoral de la Juventud. En esa dinámica de promover una mayor organicidad, se desarrollaron diferentes especializaciones de la Pastoral de la Juventud: pastoral de la juventud estudiantil, pastoral universitaria, pastoral de la juventud de medios populares, etc.

Todavía, cada vez más, los crecientes cambios en la sociedad brasileña y la emergencia de diferentes culturas juveniles, acarrean nuevos retos a la estructura, organización y formación de la Pastoral de la Juventud. Aún es necesario descubrir y proponer un discipulado-misionero que sea atrayente a esta generación de jóvenes que, tal vez, se muestre más atenta a la realidad social a la que pertenecen; las multitudes que se encuentran en las manifestaciones de las calles, también se hacen presentes en la concentración de la JMJ. Realmente, un reto para la evangelización.

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