Un peregrino en la JMJ: volver a Aparecida

una niña besa al Papa Francisco JMJ Río 2013
fiesta de acogida de los jóvenes playa de Copacabana JMJ Río 2013

La Virgen de Aparecida, protagonista en la fiesta de acogida de los jóvenes

ÓSCAR ELIZALDE, redactor jefe de VNColombia y enviado especial a Río | Con Francisco volvimos a Aparecida, la capital mariana de Brasil, que alberga a la diminuta imagen de la padroeira (patrona) de Brasil, en una Basílica que, según cuentan, tuvo que ser reducida sobre planos, cuando el Vaticano sugirió que –¡de caridad!– su tamaño no podrían ser “o mais grande do mundo”, so pena de desbancar a la mismísima Basílica de San Pedro.

Al amanecer del domingo 13 de mayo de 2007, el día que Benedicto XVI inauguró la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, recuerdo la impresión que me causó observar que en una de las planicies desde donde se divisa el Santuario, cientos de buses repletos de peregrinos habían llegado durante la noche. Es verdad lo que dijo Francisco: Aparecida “es la casa de la Madre de todo brasileño”.

Y casualmente es la misma planicie donde aterrizó Francisco, sonriente, simpático y cercano a todos. Al menos hay 200.000 que pueden dar testimonio, incluyendo a la joven Nelly Johanna y a su pequeña hija Valentina, dos colombianas de origen cucuteño (Cúcuta es una ciudad al noreste de Colombia, en la frontera con Venezuela), que sintieron en su piel la ternura del Papa, quien no solo besa a los niños sino que también se deja besar por ellos.una niña besa al Papa Francisco JMJ Río 2013

De vuelta a Aparecida y en medio del gentío, Francisco recordó que el documento conclusivo de la V Conferencia, que él mismo ayudó a redactar, se cocinó al calor de la fe de los peregrinos: “El Documento de Aparecida (DA) nació precisamente de la urdimbre entre el trabajo de los pastores y la fe sencilla de los peregrinos”.

Y recordé cómo hace seis años, mientras los obispos se reunían en las catacumbas del Santuario, la gente no paraba de peregrinar y de acompañarlos a diario en la eucaristía. Es más, los obispos y los cardenales, así como los asesores y los peritos, estaban hospedados en cinco hoteles sencillos de la ciudad y fácilmente, mientras iban y venían al Santuario, se cruzaban con los peregrinos. Un domingo estuvieron en prácticamente todas las parroquias, visitando y acompañando a las comunidades.

Las tres actitudes que acentuó Francisco, “Mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría”, refrescaron mis memorias de la V Conferencia. Esas tres actitudes estaban presentes en los peregrinos –gente sencilla, la mayoría– en la “tienda de los mártires” que animaban las Comunidades Eclesiales de Base, donde orábamos y celebrábamos la eucaristía todos los días, y, particularmente, en una gran peregrinación de la Pastoral de la Juventud que celebró Pentecostés en Aparecida.

Siempre he creído que juventud y Pentecostés van de la mano. Una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un nuevo Pentecostés para la Iglesia universal. Francisco, como buen latinoamericano, puso en manos de María la JMJ antes de encontrarse con los jóvenes. Pero además, su peregrinar a Aparecida ha dado un “texto” referencial al efusivo “contexto” de la Jornada.

Hay que volver a leer Aparecida, tanto el Documento Conclusivo como el evento eclesial que representa. Por lo demás, el DA es ya un “clásico” y como todo clásico que se respete no se lee una vez y se guarda, se rumia en muchos momentos de la vida. No en vano el Papa se lo ha regalado a muchos de sus ilustres visitantes en Roma.

Ahora que tenemos YouCat, también podríamos tener YouDA. Sería un buen legado de la primera JMJ de Francisco.

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