‘Llévame a la Luna’: la risa como plan

Llévame a la luna, película

Llévame a la luna, película

J. L. CELADA | Cuando una película –comedia, para más señas– se titula en su versión original Un plan parfait (Un plan perfecto), uno intuye enseguida que nada saldrá según lo previsto. Por más que los distribuidores se empeñen en jugar al despiste, rebautizando el proyecto, Llévame a la Luna –“traducción libre” para España– constituye la enésima prueba de que equívocos, engaños y situaciones absurdas (aunque no tan imprevisibles como pudieran desear los guionistas) suelen ser los principales aliados de la risa.

El último trabajo del francés Pascal Chaumeil llega avalado, además, por una doble presencia: la de los productores de Intocable (2011), todo un fenómeno en la taquilla del país vecino y en las de media Europa; y la de Dany Boon al frente del reparto, nuevo rostro de la comédie y protagonista de las exitosas Bienvenidos al Norte (2008) o Micmacs (2009). Protagonismo que aquí comparte con la alemana Diane Kruger, en posesión también de una sorprendente vis cómica. Ambos sostienen y alimentan esta farsa con pretensiones de historia de amor.

Todo arranca en una cena familiar de Nochebuena, amenizada por el relato de lo que, a la postre, acabará siendo el propio argumento de la cinta. Años atrás, cuando una de las hijas del clan parecía dispuesta a dar el ‘sí quiero’ a su novio, sintió el temor de convertirse en la próxima víctima de una extraña maldición: todas las mujeres de la familia tuvieron que “volver a casarse para ser felices”. Disparatada ocurrencia que, sin embargo, invita a buscar un marido “de usar y tirar”, propiciando la entrada en escena del consabido títere.Llévame a la luna, película

La acción emprende entonces un periplo viajero (Dinamarca, Kenia, Rusia…) siguiendo los pasos del aspirante, un escritor frustrado que trabaja para la guía Routard y que alaba las bondades del vivir solo como oportunidad para aprender a conocerse. Hasta que irrumpe en su vida una atractiva pretendiente, cuyo (im)perfecto plan todavía desconoce, con las consiguientes gotas de romanticismo añadido.

Mientras uno y otra achacan sus encuentros y desencuentros al destino, la casualidad o los golpes de suerte, el director extrae de ellos su mejor repertorio gestual e interpretativo, proporcionándonos momentos de un humor desenfadado y refrescante.

Sin mayores aspiraciones, pero que funciona con idéntica solvencia tanto en medio de la sabana africana como en una clínica odontológica de París.

Definitivamente, ha llegado el verano: a los termómetros… y a la cartelera. No es que Llévame a la Luna sea un “plan perfecto” para aliviar los sofocos estivales, aunque lo intenta. Como sus bodas por el rito masai, sus divorcios exprés o su improvisado safari, conviene no tomarse muy en serio esta película, pero siempre es de agradecer que, con la que está cayendo –en todos los sentidos–, al menos el cine siga despertándonos las ganas de reír.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Un plan parfait.

DIRECCIÓN: Pascal Chaumeil.

GUIÓN: Laurent Zeitoun y Yoann Gromb.

FOTOGRAFÍA: Glynn Speeckaert.

MÚSICA: Klaus Badelt.

PRODUCCIÓN: Nicolas Duval-Adassovsky, Laurent Zeitoun, Yann Zenou.

INTÉRPRETES: Diane Kruger, Dany Boon, Alice Pol, Robert Plagnol, Jonathan Coen, Bernadette Le Saché, Etienne Chicot, Laure Calamy, Malonn Lévana.

En el nº 2.858 de Vida Nueva

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