La Semana Misionera, tiempo para inculturarse en la realidad pastoral local antes de la JMJ

jóvenes peregrinos en la JMJ Río 2013

Miles de jóvenes viven en las diócesis una experiencia de comunión previa al encuentro con el Papa

jóvenes peregrinos en la JMJ Río 2013

FELIPE MONROY, director de VNMéxico, enviado especial a Río | Antes de iniciar formalmente la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil) con la presencia del papa Francisco, cientos de miles de jóvenes provenientes de diversos países del mundo participaron, del 17 al 20 de julio, en la denominada Semana Misionera, un encuentro de los jóvenes católicos con la realidad pastoral local.

Fueron momentos de preparación para los acontecimientos de la JMJ, un proceso de inculturación espiritual de los jóvenes del mundo en la realidad brasileña.

La Semana Misionera –también conocida como ‘pre-Jornada’– destacó por las actividades litúrgicas, solidarias, misioneras y culturales en las localidades diocesanas. Promovida desde la Comisión Especial de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y el Comité Organizador Local (COL), esta iniciativa desplegó 12.000 puntos de encuentro en las 276 diócesis brasileñas: familias, parroquias y casas de congregaciones religiosas recibieron a decenas de miles de jóvenes peregrinos, desplazados principalmente desde los países del continente americano.

Según el sacerdote Carlos Sávio Costa, asesor nacional de la Comisión para la Juventud, la Semana logró reunir a los jóvenes peregrinos entorno a la identidad religiosa local: “El objetivo es que los jóvenes participantes y las comunidades que los reciben hayan logrado vivir un encuentro personal con Cristo y que vivan esta experiencia como una verdadera Iglesia católica, hermanada en ministerio y comunión”.jóvenes peregrinos en la JMJ Río 2013

Un grupo de mexicanos, peruanos y ecuatorianos en Nova Friburgo, por ejemplo, fueron asistidos por el obispo Edney Gouvêa Mattoso y, junto a los catequistas locales, visitaron los barrios empobrecidos e intervinieron solidariamente con la asociación Casa de los Pobres en la zona de Niteroi, al este de Río.

En otra comunidad, en Petrópolis, casi 2.000 jóvenes de El Salvador, Guatemala, Filipinas, Venezuela y Colombia se congregaron en torno a la parroquia de Guapimirim para participar en una misa de acción de gracias tras la experiencia de la Semana Misionera. Allí se destacó la hospitalidad de las familias brasileñas para hospedar a los jóvenes en sus casas y las prácticas como Operadores de Paz que podrán ser de utilidad en sus países de origen.

El obispo auxiliar de Belo Horizonte, João Justino de Medeiros Silva, despidió a los peregrinos de Argentina y México antes de que estos continuaran su viaje a Río: “Vuelvan a sus casas llevándose lo mejor de aquí; que su experiencia aprendida aquí pueda ser compartida con otros jóvenes”.

Activa participación de los brasileños

Pero no solo extranjeros vivieron esta experiencia misionera, los jóvenes brasileños también tuvieron una activa participación en la pre-Jornada. Se trata de una generación de jóvenes que reconoce la tendencia a la baja del catolicismo en Brasil, pero que confirma su credo, su opción cristiana, desde el ejercicio de la caridad y la solidaridad.

Según las estadísticas actuales, en Brasil –el país con más católicos del mundo– solo el 44,2% de los jóvenes entre 16 y 24 años declara ser católico, el 37,6% dice pertenecer a una comunidad evangélica y el 11,5% reconoce no tener religión alguna. En el censo de población del año 2010, se reseña que el 63% de los jóvenes consultados se declaraba aún católico.jóvenes peregrinos en la JMJ Río 2013

La misa de clausura de la Semana Misionera más nutrida tuvo lugar en la Arquidiócesis de São Paulo, donde fueron convocados más de 30.000 jóvenes en la Plaza Héroes de FEB, en la zona norte de la ciudad. La celebración estuvo presidida por el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo metropolitano, y concelebraron el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y decenas obispos y sacerdotes.

En su mensaje, el cardenal Odilo recordó las palabras del papa Juan Pablo II: “Ustedes son el rostro joven de la Iglesia, centinelas del mañana. En sus manos la Iglesia pone, desde ahora, el precioso tesoro de la fe”.

Ambiente de entusiasmo

Tan solo la Semana Misionera en São Paulo alojó a 10.000 peregrinos provenientes de 54 países del mundo. Ernest, originario de Zambia, comentaba que el encuentro con los jóvenes de Brasil y de otras partes del mundo fue reveladora: “Mi fe fue creciendo, y procuraré que continúe haciéndolo allá en Zambia. Aunque todos los que participamos hablamos diferentes idiomas, creo que en estos días solo usamos una sencilla y única lengua: Dios es amor”.

Por su parte, el gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, que participó en la misa de clausura, reconoció que la ciudad nació hace cuatrocientos años con la fundación de la capilla de los jesuitas, el beato José de Anchieta y el religioso Manuel da Nóbrega: “La gente se encuentra feliz, con entusiasmo. La alegría de los jóvenes es evidente y necesaria para construir un mundo con más paz y más fraternidad”.

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