Escuelas Católicas: “La LOMCE tiene muchas lagunas”

José María Alvira, marianista, secretario general de Escuelas Católicas

José María Alvira pide en el Congreso de los Diputados más consenso en materia educativa

José María Alvira, marianista, secretario general de Escuelas Católicas

José Mª Alvira, secretario general de EC

Escuelas Católicas: “La LOMCE tiene muchas lagunas” [extracto]

FRAN OTERO | El pasado 4 de julio, el secretario general de Escuelas Católicas, José María Alvira, acudió al Congreso de los Diputados para hablar sobre la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en la Comisión de Educación, en el marco de una serie de comparecencias de expertos que han pedido los grupos parlamentarios.

Su intervención, que se prolongó durante 15 minutos, fue clara y contundente; reconoció los aspectos positivos de la reforma y criticó las limitaciones: “La LOMCE tiene muchas lagunas que esperamos sean subsanadas”. Además, insistió en la necesidad de un mayor consenso entre grupos políticos y sociales para alcanzar una ley de Educación duradera. “Mientras no haya un pacto educativo, estamos expuestos a modificaciones legislativas cada cierto tiempo. El sistema no soportará más cambios”, comenzó su intervención.

Tras exponer esto, recriminó al Gobierno la falta de diálogo y que “no haya sabido o querido plantearlo adecuadamente” y al resto de grupos, que se “hayan limitado a repetir descalificaciones poco respetuosas o carentes de un análisis serio, incluso antes de conocer la primera versión del anteproyecto”. “Esto no es serio”, añadió.

Tres cuestiones fundamentales

A reglón seguido, comenzó un conciso repaso a la propuesta legislativa impulsada por el Partido Popular, con mayoría absoluta en la Cámara, y afirmó que Escuelas Católicas comparte el objetivo de la ley y algunas de las novedades que incluye, pero cree que “es muy mejorable” y espera que así sea en la tramitación parlamentaria. Además, y a nivel general, reprochó que “no haya un proyecto global y coherente que dé sentido a toda la reforma prevista”. En su opinión, la LOMCE debería suponer “un punto y aparte en el diseño educativo”.

A nivel más concreto, el secretario general abordó tres cuestiones fundamentales a tener en cuenta en el debate parlamentario: la organización del sistema educativo, la autonomía pedagógica y los conciertos educativos.

Sobre el primer asunto, la organización del sistema educativo, Alvira aprobó la configuración de la ESO en dos ciclos, seguido de un bachillerato de dos años o una FP de Grado Medio, aunque advirtió que la configuración de las materias en bloques “es demasiado compleja y contradice el deseo del Ministerio de reducir el número de asignaturas y de simplificar el esquema de cada nivel”. Además, dijo que el número de optativas es “excesivo”, una circunstancia que “puede crear graves problemas en los centros de menor tamaño”.

También valoró el establecimiento de pruebas externas, aunque matizó que deben estar bien diseñadas, conocerse los criterios de evaluación, ser contextualizados adecuadamente los resultados y emanar de una mayor participación y autonomía pedagógica y organizativa de los centros. Apuntó, además, que estas pruebas “no deben monopolizar la práctica docente”.chicas estudiantes alumnas en clase en el aula

Sobre la asignatura de Religión, dijo estar de acuerdo con que se le dé la seriedad académica que requiere y recordó a los parlamentarios que no se debe olvidar que es una asignatura optativa. “Por otra parte –continuó–, el estudio serio del hecho religioso y del cristianismo en particular es indispensable para el conocimiento y la comprensión de nuestra cultura y nuestra realidad presente, con independencia de las opciones personales de cada uno”.

En segundo lugar, respecto a la autonomía pedagógica, el secretario general de Escuelas Católicas ve en la LOMCE “un claro retroceso”, pues el proyecto “no solo no la garantiza, sino que la deja a expensas de las comunidades autónomas y del Gobierno central. “Nos parece especialmente preocupante la contradicción entre las intenciones expresadas en el Preámbulo de favorecer la autonomía de los centros, con las disposiciones concretas que aparecen en diferentes artículos del texto legal”, añadió.

En este sentido, dijo que, para fortalecer realmente la autonomía de los centros, “se debería reconocer a cada uno de ellos la capacidad para configurar parte del contenido del currículo, definir metodologías, fijar horarios lectivos y calendario escolar a partir de unos mínimos, elegir las herramientas informáticas de gestión interna…”.

Finalmente, José María Alvira abordó la problemática de los conciertos educativos, que definió como “instrumentos para hacer posible la libertad de enseñanza y el derecho a la educación, un medio para hacer posibles los grandes principios del artículo 27 de la Constitución”.

Además, dijo que, “en contra de lo que suelen decir algunos, la LOMCE no es la ley de la concertada, sino un proyecto que no acaba de abordar las cuestiones pendientes y de resolver los graves problemas que presenta el actual modelo de concertación”. “Querría saber en qué se basan algunos para decir que es la ley de la concertada”, añadió.

Mejoras en los conciertos

Dicho esto, abordó los aspectos que, en este sentido y en su opinión, la nueva ley debe mejorar. En primer lugar, reclamó que se reconozca el derecho al concierto si se acredita demanda social, pues en el texto del proyecto “no se conecta la necesidad de escolarización con la demanda y no garantiza la complementariedad de las redes, sino la subsidiariedad de la concertada, dejándola al albur de las interpretaciones de los gobiernos autonómicos de turno”.

También pidió que se renueven los conciertos si se siguen cumpliendo las condiciones que dieron lugar a su concesión y que no queden expuestos a decisiones administrativas, que la duración mínima sea de seis años en todo el Estado y para todas las enseñanzas, y la adecuación del módulo económico al coste real de la enseñanza. Sobre esta última demanda, José María Alvira denunció que los titulares de los centros concertados llevan años sufriendo lo que llamó “una economía de subsistencia”, y advirtió de que “los recursos se van agotando”. “Todo tiene un límite”, apostilló.

Finalmente, insistió en que la ley debería garantizar el modelo de conciertos “frente a decisiones arbitrarias de comunidades autónomas de distinto signo político que suprimen unidades concertadas con mucha demanda”.

Aclaraciones sobre la Religión

Uno de los aspectos más controvertidos de la LOMCE, al menos en el debate político y mediático, es el de la asignatura de Religión; son muchas y diferentes las posturas. Ante el revuelo generado, el obispo de Seborbe-Castellón y presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, Casimiro López Llorente, ha escrito tres cartas, bajo el título A vueltas con la Religión en la escuela, en las que intenta aportar algo de luz y rebatir algunas de las afirmaciones que se escuchan desde distintos sectores de la sociedad.

En la primera misiva, defiende la presencia de la asignatura en la escuela, afirmando que su supresión “privaría injustamente a padres y a alumnos de un derecho que les corresponde; serían los grandes perdedores; y perdería también el Estado de Derecho, ya que el legislador incumpliría la Constitución y el Derecho Internacional”.

En el segundo texto, López Llorente niega que la presencia de la citada materia en la escuela sea un privilegio anacrónico de la Iglesia, y añade que quienes sostienen esa afirmación “intentan imponer sus ideas laicistas a todos”.

Mientras, en la última carta publicada rebate que catequesis y clase de religión sean lo mismo. “Se sitúan en un ámbito distinto. Su intencionalidad es distinta: la catequesis tiene como objetivo directo y explícito la evangelización del niño o del joven (…). En la enseñanza religiosa escolar lo que se ofrece es que lo religioso se integre en la formación humana de los hijos, que el sentido de la vida y visión del mundo que van a recibir en la escuela tengan perspectiva cristiana, en el caso de la enseñanza religiosa católica”, concluye el prelado.

En otro orden de cosas, los pasados 4, 5 y 6 de julio se celebró en Salamanca el curso de formación para profesores de Religión y Moral Católica organizado por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y por la Comisión Episcopal de Enseñanza con el tema La didáctica de la Religión al servicio de la transmisión de la fe, y al que asistieron unos 70 docentes.

En el nº 2.856 de Vida Nueva.

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